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Matar por envidia: el de Silió y otros crímenes motivados por la codicia y los celos

  • La joven Crisanta Gómez Gutiérrez, de 16 años, fue descuartizada por su prima Josefa movida por una descomunal envidia

  • Josefa asesinó a su prima y la emparedó en distintos muros de su propia casa: "La Guardia Civil tuvo que hacer agujeros para sacar los trozos de la niña"

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En las primeras horas de la noche del sábado 26 de enero de 1974 las fuerzas de la Guardia Civil hallaban en Silió, en la provincia de Cantabria, un cuerpo de mujer mutilado. Se trataba del cadáver de la joven de 16 años Crisanta Gómez Gutiérrez, una adolescente de la localidad que había desaparecido sin dejar rastro pocos días antes.

Unas horas después del hallazgo del cadáver, su prima Josefa Gómez, de 30 años de edad, confesaba ante las autoridades haber acabado violentamente con Crisanta, descuartizando después su cadáver y emparedando sus restos en la fachada de su propia casa: "La Guardia Civil tuvo que hacer agujeros en la pared para sacar los restos de la chica".

Los vecinos de Silió, salpicados por la ira y el deseo de venganza, acusarían también al marido de esta, Ramiro, de ser cómplice y encubridor de tal escalofriante asesinato. Comienza en este punto una investigación que llegaría a la conclusión de que se trataba de un crimen por envidia desmedida, ya que por sus características y ejecución tenía los tintes necesarios de un asesinato provocado por celos y codicia.

José Cabrera analiza la mente de los asesinos movidos por la envidia

Han pasado ya 50 años de este crimen que conmocionó a Cantabria e incluso a todo un país, ya que hasta la localidad se trasladaron investigadores llegados desde Madrid y se fletaron autobuses de curiosos que querían seguir el juicio. El impacto de este crimen fue demoledor, ¿qué pudo pasar por la mente de Josefa para cometer semejante locura con su propia prima carnal?

El doctor José Cabrera ha visitado la nave del misterio para analizar la mente de estos asesinos que se dejan llevan por el rencor y por una envidia que llega a consumirles y que se mantiene incluso después de muerta la víctima.