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Carlos Sobera se pica con una soltera de ‘First Dates’: “Eres una cobarde”

Carmen ha entrado en ‘First Dates’ con un impresionante abrigo de “visón del Ártico”. Siempre está feliz porque se pone por las mañanas las gafas de color rosa “mis hijos me dicen ‘mamá, ¿Qué te metes?”, y se toma la vida con mucha alegría. Es una seductora nata y sus gestos, y sus movimientos han dejado a Carlos Sobera impactado. Tiene tres hijos y siente que ella es la niña de todos porque su percentil mental es unos 20 años menor a su edad biológica. Ha estado casada desde los 19 años hasta hace año y medio, momento en el que no ha dejado de ligar “me dicen ‘Carmen, eres buena y estás buena”.

Carmen pone a prueba a Carlos Sobera: “Te destrozo en cualquier juego de mesa”

Carlos Sobera ha querido saber qué tipo de hombre esperaba que fuera su cita y Carmen lo ha tenido muy claro “alto, guapo, culto y que tenga sentido del humor. Que pueda mantener con él una conversación coherente, yo puedo tener una conversación de cualquier tema y te destrozo a ti en cualquier juego de mesa”. El presentador ha alucinado con la rotunda afirmación de la soltera y le ha plantado cara “¿A mí? ¿Quieres ver cómo te barro en el póker?”.

Sobera estaba alucinando y a Carmen le ha entrado un ataque de risa ante el pique del presentador “Se nota que es vasco”. Pero él ha tenido claro que le tenía miedo “otra más que se me viene abajo con un insulto para evitar el duelo directo. Eres cobarde, te voy a presentar a un jugador con el que vas a poder porque conmigo, no”.

Carmen se presenta como una chica mala a su cita: “En el infierno hace mucho calor”

A Julián, su cita, le gustan las mujeres con personalidad fuerte y las ideas muy claras. Al verle, Carmen ha sentido que no era lo que esperaba, estaba convencida de que su cita iba a ser “un hombre más joven, con pelo y más elegante, con traje y corbata me hubiera encantado”. Carmen se ha presentado como una niña mala que “vamos a todos los lados” y cuando Julián ha mentado el infierno, ha sacado el abanico porque allí hacía mucho calor. El soltero ha sentido que una presentación tan explosiva escondía algo.

Carmen ha comenzado la cena contándole que hacía mucho frío, que acababa de regresar de México, que era escritora y que dominaba la lengua de signos. De hecho, le ha dicho con las manos que estaba encantada de conocerle, pero Julián le ha pedido que le hablara en castellano “con los idiomas, estoy jodido”. Pero ella ha comenzado a hablarle en francés, en inglés y ha dado algunas pinceladas en italiano.

Carmen vuelve a loco a Julián con su cambio de conversaciones: “En mi otra vida fui un delfín”

Al soltero le estaba costando seguirle el ritmo a Carmen porque hablaba muy rápido y saltaba de un tema a otro sin control. Le ha contado que tenía 99 años, que en su otra vida había sido delfín y que en México se había hecho un tatuaje en el pecho “impresionante, como el conejito de Duracel”.

Julián estaba flipando porque Carmen le ha dicho que tenía casa en Córdoba, en A Coruña y que su abuela era Marquesa de Villanueva “siempre he vivido en el barrio de Salamanca, hasta que me casé que me fui a vivir a Ventas y mi madre me dijo ‘Carmencita, te vas al extrarradio’. Mis abuelos tenían el chalé en Arturo Soria para pasar los fines de semana, que es ahora donde yo vivo”. A Carmen no le importa el dinero “porque lo tengo, sino buscaría un pretendiente con dinero”.

La soltera desea lo mejor a su exmarido: “Para que me pague la pensión”

Carmen le ha contado que iba a clases de zumba porque es una persona muy activa. Incluso le ha dicho que pensaba varias cosas a la vez y que tenía la mente dividida en compartimentos estancos que abría y cerraba en función de su estado de ánimo. Julián estaba alucinando y ha tenido la sensación de le había afectado mucho su divorcio. De hecho, le ha preguntado por el momento y ella le ha dicho que fue ella la que tomó la decisión, pero que era un tema que no quería tratar demasiado “le deseo que le vaya bien porque si le va bien, les va bien a mis hijos y a mí me paga la pensión. No soy una consumista salvaje, pero como y me visto”.

En el tema sexual, Julián le ha dicho que no tenía una postura que le excitara más que otra, pero ella le ha dicho que sí había una que la volvía loca. Carmen le ha contado que un día le dijeron que se pusiera “a cuatro” y ella pensó que tenía que dibujar un cuatro en la pared. La soltera tiene varias líneas rojas que no pasa como son las felaciones y el coito solo por la vagina, por su sitio. Eso sí, deja que “me laman el sexo y me dicen que sabe a ostra fresca”.

Carmen y el sexo oral: “Me dicen que mi sabor es a ostra fresca”

Carmen le ha preguntado a Julián que, si él se había puesto alguna vez a cuatro y él soltero le ha dicho que no, pero que metidos en faena… Ella le ha recomendado que no se quedara con las ganas de probar con alguien de su mismo sexo y le ha recordado los efebos que tenían los griegos.

En el reservado, les ha tocado besarse y Carmen ha sentido que “más se perdió en Cuba y traían tabaco”. Él ha matizado la frase con un “y venían cantando”, y la ha besado “voy a cerrar los ojos para que no parezca que soy yo”. Los dos han disfrutado de una cena muy divertida y Carmen le ha dicho que para ella era fundamental que tuviera sentido del humor.

Con miedo a que la sentara mal, Julián le ha dicho que él sí tendría una segunda cita con Carmen porque tenía mucho sentido del humor y creía que necesitaba a alguien para superar su divorcio. Ella le ha dado la razón, “todas las noches sueño con mi ex, eres muy buen psicólogo”.