El síndrome de abstinencia de las benzodiacepinas puede llegar a ser peor que el de otras sustancias

Jon Sistaga investiga con 'Otro enfoque' el consumo de pastillas como ansiolíticos o antidepresivos en España. Para ello, visita una sala de terapia en clínica de desintoxicación y habla con María Álvarez Riedweg, directora médica del Instituto Hipócrates, sobre la adicción a las benzodiacepinas

En España, cinco millones de españoles consumen a diario alguna pastilla. La normalización de la medicalización de la vida cotidiana se ha instalado en la mayoría de hogares, menospreciando las consecuencias que pueden provocar a largo plazo. En 'Otro enfoque', por ejemplo, Jon Sistiaga descubría la historia de Belén de la Hoz, una joven que a los 14 años ya empezó con el consumo de pastillas y que acabó enganchada a ellas junto con el alcohol. 

En la esfera pública, Andrea Levy, que sufre de fibromialgia, explicó el enganche que llegó a tener a las benzodiacepinas como resultado de la fatiga, el cansancio, el insominio, el estrés o la ansiedad. Un cóctel que a menudo le hizo estar medicada en intervenciones y sufrir posteriormente el escarnio público. 

María Álvarez Riedweg apunta a la importancia de esta adicción, que llega a tener un síndrome de abstinencia mucho peor que el de otras sustancias. "La cocaína te sube y estás en un bajón después. Necesitas algo que te suba. En cambio las sustancias sedantes como las benzos paran el cerebro y cuando tú las quitas, rebota. Es una ansiedad que te mueres", explicaba. 

Además, señalaba que el tiempo mínimo e ideal de recuperación de la adicción a las benzodiacepinas son tres meses y detallaba las mejores estrategias de rehabilitación