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El flechazo de dos solteros octogenarios en ‘First Dates’: “Me he enamorado al momento”

Juanita un beso de amor no se lo da a cualquiera, cada día está más joven y a Carlos Sobera le ha recordado mucho a la gran Concha Velasco. Es una mujer muy positiva, le encanta cantar, la música, caminar, bailar… No le faltan pretendientes, pero ella no ha encontrado a la persona adecuada. Respecto a lo que espera de su cita de ‘First Dates’, le ha contado a Carlos Sobera que no esperaba que fuera muy guapo, pero que sí le gustaría que fuera educado y que compartiera sus aficiones.

Ignacio, su cita, es muy feliz con la vida que tiene, pero le falta una compañera. Cuando vino a ‘First Dates’ por primera vez, no tuvo muy claro que era un resort y no encontró el amor. Al ver a Juanita ha visto a “una muñequita” y se ha enamorado de ella al momento. Ella ha sentido que le conocía de algo y ha creído que ya le había visto en el programa. Matías le ha recordado que si se sonaban es porque se había gustado y ella ha tenido la sensación de que entre ellos había surgido el feeling.

Juanita siente que ya ha visto a su cita antes: “No es la primera vez que vienes”

Los solteros estaban encantados de haberse conocido y han comenzado la cita hablando de sus edades. Ella ha alucinado al pensar que Ignacio tenía solo 75, pero ha sido un error y ha descubierto que tenía 85. Ella tiene 81 y busca a un hombre que sea tan activo como ella. A Ignacio también le gusta mucho la música y el baile, y le ha contado que estaba en tres grupos de música “toco la guitarra y el acordeón”. Aficiones que a Juanita le ha encantado “me veo, me veo y, además, he notado que le gusto”.

A Juanita la confundía con Marilyn Monroe de joven: “Es una muñequita”

Juanita le ha contado que tenía una foto de joven y que un amigo de su hijo la llegó a confundir con Marilyn Monroe, algo que a Ignacio no le ha sorprendido porque él la ha visto como una muñeca desde el primer momento. A la soltera le ha gustado mucho la personalidad de su cita aunque a su físico no le ha sacado ningún pero.

En el reservado, ha comenzado a sonar un bolero y los solteros se han lanzado a la pista de baile muy ilusionados. Han descubierto que compaginaban muy bien al ritmo de la música, han disfrutado, se han reído y se han terminado de conquistar. A ella le ha gustado su educación y él ha tenido claro que tendría otra cita con ella “con los ojos cerrados”.