Carlos ha venido a ‘First Dates’ con una guitarra y la ilusión de cantar dos canciones en el restaurante “una semi saeta y otra dedicada a todo el mundo”. Es un tipo tradicional y una de sus pasiones es componer música. También ha traído un par de coronas y Carlos Sobera ha mostrado curiosidad, pero no se podía imaginar que se tratara de un juego que el soltero tiene con sus amigos “Todos somos hijos del Rey de Reyes, somos reyes y reinas, a mí me guía Cristo”.
Es un tipo de tradiciones y aunque ha tenido cuatro relaciones sigue siendo virgen a sus 62 años. Concibe el sexo como el vehículo para tener hijos y no descarta practicarlo, pero siempre siguiendo un orden “enamorarme, casarme y luego intentar tener hijos”.
Magdala, su cita, está convencida de que Dios es un ser superior “creador del mundo” y se ha sentido “muy afortunada” cuando ha cruzado la puerta de ‘First Dates’ y su cita le ha recibido cantando una saeta. La soltera estaba encantada y Carlos también, ha visto en Magdala unos ojos muy bonitos que le recordaban a su primer amor y le han encantado sus pendientes de corazón.
El soltero estaba encantado con Magdala y le ha dicho que le recordaba a la protagonista de la película ‘Sonrisas y lágrimas’, su película favorita. Magdala le ha reconocido que le habían dicho varias veces que se parecía a Julie Andrews. Ella ha querido saber si su cita era religioso porque aunque sea en silencio, le gusta bendecir la mesa antes de comenzar a comer y le ha encantado que Carlos lo fuera y le ayudara en su oración.
Él estaba feliz y no ha dudado en decirle que ojalá la pudiera coronar en algún momento como reina de su reino. Casualidad que uno de los apellidos de Magdala es corona.
Carlos Sobera le ha entregado su guitarra en mitad de la cena y Carlos ha dejado a Magdala impresionada con su música. El soltero ha derrochado alegría cantando y han coincidido en que ninguno de los dos podría vivir sin música.
Carlos le ha dicho que cuando estuvieran juntos podrían tener un hijo y ella le ha dicho que no, que con 58 años ella ya no quería ser madre. Él no se ha resistido y le ha dicho que podían pedir ayuda médica o adoptar, pero en el fondo le daba igual porque quería estar con ella.
El soltero le ha dicho que él era virgen y que apostaba por la castidad porque era algo que le aportaba mucha felicidad. Magdala se ha quedado impresionada al escucharle y no ha sabido muy bien cómo reaccionar porque era algo que no podía esperarse. Para ella, el sexo es muy importante en una pareja, es una forma de demostrar cariño.
En el reservado, Carlos ha sacado las coronas y le ha propuesto a su cita jugar a coronarse porque todos somos hijos de Dios, del Rey de Reyes. Magdala ha entrado en el juego y han protagonizado un surrealista y original fin de cita.
Carlos estaba deseando volver a pasar otro Día de los Enamorados con su Julie Andrews particular, pero ella le ha dicho que no habían congeniado en ciertos temas y que no quería repetir. Carlos ha pataleado y ha simulado que se le caían las lágrimas, pero ha continuado con el juego y ha terminado la cita con un “siempre serás mi reina”.