La investigación 'kamikaze' es como denomina el caso de este pedófilo la Guardia Civil y finalizó cuando analizaron la totalidad del material pedófilo incautado. Desde la detención hasta el juicio, pasaron 2 años de una complicada y dura investigación por parte de la Guardia Civil. El alcance del depredador de Instagram fue tan grande que estos investigadores tuvieron que revisar y analizar cientos de archivos intervenidos en los registros.
Durante este tiempo, también se han encargado de localizar a las víctimas que aparecían en muchas imágenes y vídeos y hablar con los padres de estos menores, siendo una tarea dura y delicada. Incluso uno de los agentes comentaban que han tenido que realizar exploraciones a los menores que habían sido abusados sexualmente.
Por otro lado, en un primer momento, antes del juicio y con las pruebas recabadas, la Fiscalía pedía 1.324 años de prisión y Pedro Piqueras explicaba en el informativo: "Durante el proceso se han contabilizado, un centenar de víctimas menores de edad".
El 31 de enero de 2022 es la fecha que se fija para la celebración del juicio contra el depredador de Instagram. Como comentábamos, de cara al juicio, la Fiscalía pedía 1.324 años de prisión basándose en la existencia de 250 delitos de abuso sexual, corrupción de menores, ciberacoso y distribución de pornografía infantil, con el agravante de que las 98 víctimas eran menores de 16 años.
En la primera jornada del juicio, el propio acusado asumió todos lo hechos mientras su defensa sostenía que sufría una enfermedad mental. Pero el informe del forense indicaba que el acusado, no tenía ningún tipo de patología, sino que simplemente tenía una disfunción en el momento en el que se tenía que relacionar sexualmente.
Para concluir, las pruebas determinantes del juicio recabadas por la Guardia Civil fueron, en primer lugar, las encontradas en el teléfono móvil con las conversaciones de whatsapp, las fotografías, en segundo lugar, las declaraciones de los menores, que ratificaron todas las conversaciones y finalmente, las pruebas de ADN.
"El veredicto final fue de cerca de 700 años de prisión y a día de hoy es la mayor condena a un pedófilo en España", comentaba uno de los encargados de la investigación.