Dos militares han muerto durante unas maniobras en Cerro Muriano. Uno de sus compañeros rompe su silencio en una entrevista que nos muestra en exclusiva 'Código 10', nos cuenta que era imposible realizar el ejercicio de forma segura, que temió por su vida, que el caos se apoderó de ellos y que no se dieron cuenta de que faltaba un segundo militar hasta el recuento.
En su testimonio, relata que les despertaron “con tiros al aire” en torno a las cinco de la mañana. Aquel día habían dormido algo más de cuatro horas, mucho más que el resto de los días y es que asegura que en total, esa semana, habían dormido unas seis horas.
Cuando llegaron al lugar del ejercicio, se terminaron de equipar con la mochila sobre la que debían apoyarse y el fusil que no podían soltar. Allí vieron la línea de vida, una cuerda a lo largo del recorrido: “Escuché que solo se podía utilizar como emergencia”. Además, no les dijeron en qué consistía el ejercicio: “Solo nos dijeron que teníamos que cruzar el lago”.
Al parecer, entraron tres compañeros a los que tuvieron que sacar porque tenían dificultades. Cuando le tocó el turno a él, sintió que se le “cortó” la respiración. Estuvo unos 20 o 30 segundos tranquilizándose hasta que empezó a nadar: “Sobre la mitad del lago ya tuve dificultades, me empezaron a dar calambres en las piernas y se me hundía la mochila”.
Intentó agarrarse a la cuerda, pero vieron que “no estaba suficientemente tensa (…) Se hundía y no éramos capaces de subir”, relataba este militar que al mismo tiempo escuchaba gritos de “socorro”: “Quise mirar para adelante y vi a unos cinco o seis metros al cabo. Iba delante de mí, solo escuchaba su voz diciendo que sí, que se ahogaba, que necesitaba ayuda. Lo perdí de vista”.
Él mismo temió por su vida: “Hubo un momento en el que me hundí y estaba bastante profunda el agua, no conseguía salir, solo veía una luz arriba y no llegaba, estaba a unos seis metros de la orilla. Pedí ayuda a un compañero, me cogió la mano, solté la mochila y el fusil porque lo estaba pasando bastante mal”.
Finalmente, este militar consiguió salir del agua: “Me arrodillé, empecé a vomitar y escuché al capitán decir que cortásemos la cuerda cuando había compañeros estirándola para que estuviese más tensa. Hubo un compañero que quitó un mosquetón y salió la cuerda disparada hacia la otra orilla”.
Tras él salieron dos compañeros a los que vio con hipotermia: “Uno de ellos perdió el conocimiento y el otro estaba prácticamente muerto, había entrado en parada cardíaca”.
No se dieron cuenta de que faltaba otro de ellos hasta que no hicieron el recuento. Regresaron al lago, pero allí ya estaba la guardia civil y les pidió que hicieran una batida por si el soldado estaba fuera del agua y se había mareado o estaba inconsciente. Hicieron dos, sin resultado.
Y el de los disparos al aire no sería el único episodio y es que, según este militar, hubo otro: "A un compañero se le cayó un fusil de los nervios. El teniente y el capitán estuvieron buscándolo, cuando le encontraron, el capitán le ido un como un bofetón en el casco".
Horas después, el capitán les dio una "charla" con la que él no estaba "muy convencido": "La dio con la sangre muy fría diciendo que esto era normal, que son cosas que pasan y que hay que seguir adelante, lo dijo como si no hubiera pasado nada, como si las dos muertes fueran algo normal".
Pero ¿Cree que esta prueba era imposible de realizar? Los compañeros han comentado que no había nada a lo que agarrarse ante una emergencia: “No había ningún buzo ni nada de salvavidas, de sanidad tampoco, ni ambulancia, el ejercicio estaba muy mal montado”.