Tras 18 años buscando culpables, Jon Imanol, alias El Sapo, ha confesado su implicación en el incendio del Edificio Windsor y ha explicado el modus operandi que llevó a cabo para dejar el edificio envuelto en llamas.
La propagación del incendio fue rápida y destructiva, dejando el edificio reducido a cenizas y borrando todo rastro de pruebas en la búsqueda de un culpable. Pero hubo un detalle que podía explicar la causa de este suceso: las llamas azules.
Tal y como revela él mismo, en el incendio del Windsor El Sapo utilizó un gas especial que consiguió en Estonia y Letonia, los mismos lugares donde consiguió todo el material que necesitaba sin dejar rastro.
El gas que se emplea en el incendio del Winsdor es un gas militar altamente inflamable que no deja rastro ni ninguna mancha en caso de que no se prenda por completo. Según los expertos, las llamas azules se deben a una combustión casi perfecta y, en este caso, debía tratarse de un gas enriquecido con algún componente que facilite que la combustión sea perfecta.
El Sapo revela que llegó a acudir hasta cinco veces al edificio en los días previos al incendio para preparar el golpe y esconder las cuatro bombonas del gas que utilizó para destruir el Windsor en el falo techo de la última planta.
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