Esther Koplowitz y algunos de los cuadros de su casa se convirtieron en objetivo de ‘El sapo’, que planeó durante años el asalto, en el que desde tres años antes se ganó la confianza del vigilante de seguridad y alquiló una vivienda al lado, entre otras cosas.
Jon entró en su casa y le robaron cuadros por valor de más de 30 millones de euros, entre los que destacaba “El Columpio” y “La Caída” de Francisco de Goya. Aunque toda la policía española estuvo detrás de los cuadros, nunca nadie se dio cuenta de que los cuadros jamás salieron del edificio donde se encontraban y que los escondió en su casa alquilada, lo que él mismo ha contado paso a paso cómo lo hizo todo: "Llevé los cuadros caminando, los guardo ahí porque nadie se va a imaginar que están ahí".
Pero antes de todo esto, utilizó al vigilante de seguridad, que relata cómo empezó todo: “Tres años antes él inició los planes para el robo. El único soltero era yo, cuando salgo de fiesta siempre voy al mismo sitio, conozco a una chica que me entra y nos pasamos los teléfonos. A la semana me llama y me propone tomar algo, desde esa noche empiezo a verme con ella, me enamoro y enseguida convivimos, pienso que él fue el que me puso a esta persona”.
Algo que el mismo 'sapo' ha confirmado: “Efectivamente, tengo que jugar con los vicios de la gente y una de sus debilidades son las mujeres. Puedo llegar a ser muchísimo peor que maquiavélico para llegar a mis fines, le seduje por el placer le hubiera haber obligado por el dolor”. Y donde empieza una relación estrecha entre ellos, que acaba con las amenazas de Jon para entrar a la casa, lo que consigue y que, al tiempo, termina con ambos en la cárcel y con los cuadros de vuelta.