Samanta ha comprobado que, efectivamente, el mundo de la prostitución es uno de los mundos en los que más se miente. Shirley es una prostituta transexual que estuvo muchos años ocultando, por un lado, su sexualidad y, por otro, su profesión. Y, aunque su historia personal nos ha impactado, lo realmente fascinante es la rebaja del 50% que les hace a sus mujeres clientas por comprender que ellas cobran menos que los hombres.