Los padres del corresponsal de guerra que estuvo 300 días secuestrado por el Estado Islámico, Ángel Sastre, han contado a Samanta que siempre estuvieron convencidos de que su hijo volvería, pero lo que realmente les atormentaba es lo que le podrían estar haciendo. Él, Ángel, aunque no le gusta nada hablar de ello, le ha explicado a Samanta que los primeros días hablaba con los otros dos secuestrados con los que compartía zulo, pero luego ya no: “La batalla real es entre tú y tu mente, ahí dentro estuve loco”.