De nuevo recordando la banda sonora de su infancia, Samanta Villar ha querido saber con quién le gustaría a Irene reencontrarse de su pasado y ella ha tenido claro que le encantaría volver a ver a su fisioterapeuta Juan Lechón.
Irene recuerda con muchísimo cariño al hombre que le enseñó a caminar de nuevo y que conseguía que cada tarde de dolores terminara siendo una tarde de risas y alegría en la medida de lo posible. “Ay, ay, ay… pues guarda para cuando no hay”, recuerda Irene que Juan le decía cuando se quejaba mucho.
Tras más de 20 años sin verle, Samanta le ha propuesto ir a hacerle una visita y ser ella la que le sorprendiera porque había quedado con el que fuera su fisioterapeuta, pero él no sabía que ella iba a estar. Juan se ha llevado una gran alegría al ver en persona a Irene y ambos nos han contado como fue su intensa relación que se forjó alrededor de masajes, dolores, risas, esperanza y máquinas que para Irene eran una auténtica tortura.