Samanta Villar ha conocido a Cesc Fábregas más allá del famoso personaje a nivel internacional. Con el futbolista viajó al lugar donde se crió antes de empezar su trayectoria profesional, Arenys de Mar, y descubrió muchas cosas acerca de la infancia y la adolescencia de Cesc.
El catalán asegura que pasaba el 90% del tiempo jugando a la pelota con sus amigos, intentando recrear también míticas escenas de la serie 'Oliver y Benji'. Pero sorprendentemente nunca se planteó jugar a nivel profesional.
"Nunca llegué a pensar que quería ser futbolista profesional. Yo jugaba mucho, me divertía, jugaba con mis amigos, en el Barça... Al final nunca pensé en lo que podría llegar a ser pero siempre me divertía", confesaba a Samanta.
Caminando por las calles que le vieron crecer, Cesc se mostró sereno y tranquilo. Sin agobios por ser conocido. "Cuando vengo aquí solo tengo ganas de ver a amigos. Todo el mundo me conoce desde pequeño así que la gente es un poco como '¡Ah, Cesc!', pero no le dan más importancia", explicaba.
Cesc le enseñó también a Samanta el sitio donde más jugaba de pequeño. Se trataba de un pequeño parque en una plaza donde el futbolista pasaba horas chutando el balón. "Un amigo vivía en ese edificio de enfrente y a menudo chutaba a su balcón para ver si alcanzaba. El del bar de abajo tenía que estar contento con nosotros. Nunca me han echado tantas veces de un sitio", recordaba con nostalgia.
En 'Samanta y la vida de...' hemos conocido un poco más de la especial relación de Cesc con su padre, Francesc, que ha estado muy implicado en su trayectoria futbolística. "Mi padre siempre tenía tiempo para llevarme a entrenar. Creó un equipo de fútbol para que yo jugara con mis amigos", revelaba Cesc.
El talento del catalán hizo que el Barça le fichase a los 14 años. Y a los 16 le llegó una oferta del Arsenal. Una complicada decisión para la famiia, que se planteó mucho si Cesc debía dejar todo para marcharse a Londres.
"Yo lo que pensé es que en el Barça estaba bien pero podía coger este tren y ver si iba bien o no. Si iba mal, iba a pasar un año mínimo en Londres y aprendería el inglés. Debutó a los seis meses con el primer equipo", recordaba Francesc Fábregas.
"¿Cómo se gestiona que alguien tan joven empiece a ganar tanto dinero?", se interesó entonces Samanta. Francesc revelaba que buscaron ayuda de un profesional. "Fue entonces cuando Cesc comenzó a ganar mucho dinero siendo muy joven. "Nos pusimos con un profesional porque no estábamos preparados. Yo soy constructor, si quieres te hago un presupuesto pero ya está", decía.
Después, Francesc y Samanta le dieron después una sorpresa a Cesc llevándole al campo donde no entrenaba desde hacía más de quince años. Allí pudo jugar como antaño en lo que ha sido un momento muy emotivo para el futbolista.