La de Irene Villa no es una historia fácil de contar, pero la bomba que partió en dos su infancia, también consiguió formar el carácter de la mujer que es hoy. Retos y dolor que convirtieron a aquella niña de doce años en una mujer que nunca pierde la sonrisa y en todo un ejemplo de positividad. Samanta Villar la acompaña en un viaje por todo ese camino transitado.