Su madre, Silvia, profesora argentina, no duda en decirle a su hijo lo que piensa. No soporta la soberbia ni la vulgaridad. Si alguna de las chicas cuenta con estas dos “cualidades” debe saber que lo tendrá muy difícil. “Leo, como buen argentino, es muy engatusador y peligrosamente seductor, es divino, muy trabajador y un gran jugador de rugby. Eso sí, es demasiado perfeccionista y cabezota. Busco para él alguien que lo enamore y consiga que no quiera volverse a Argentina”.
La elección de las pretendendientas
En su primer contacto con las pretendientas, Leo ha demostrado ser exactamente como decía su madre: un mujeriego. Se ha enamorado inmediatamente de la primera chica que ha llegado para conquistarle y luego se ha enamorado de la siguiente y de la siguiente, mientras su madre, que se pasó la jornada bebiendo saque, le regañaba por ser tan enamoradizo. Finalmente, sus elegidas han sido: Marta, Erika, Marta M., Sara, María s. y Leti, siendo ésta última una sorpresa por no ser en absoluto el prototipo de Leo (es una mujer muy masculina y poco dedicada a su estética) y por no haber mostrado los ojos en ningún momento de la presentación.