Los solteros ya tienen finalistas
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19/10/201200:36 h.La noche de fiesta en la discoteca de Pedriño con sus chicos seguía dando qué hablar. Giordis, que se marchó del encuentro celoso y despechado y decidía contar a Mary lo que su hijo había hecho: se había encerrado en el baño con Ángel durante largo tiempo. Ángel se defendía, Mary no daba crédito a lo que escuchaba y concluía: “Sois los tres unos pendones y él el pendón general”.
Desencuentros a un lado, Mary quería tener una charla a solas con Manu. Desde que supiera que es actor porno no ve claro que sea compatible con tener una pareja estable. Pero Manu se defendía: todo el mundo tiene derecho a enamorarse, él también. Pedriño parecía inmune a lo que ocurría, incluso tras presenciar una discusión con sus chicos.
A la mañana siguiente descubría que Ángel y Manu no se hablaban ¿El motivo? El stripper no podía dormir, para mitigar el insomnio se puso a hablar con Giordis y Ángel les enviaba a un sitio que no creyeron adecuado. Lo que no podían imaginar es que precisamente ellos iban a ser los elegidos para marcharse de viaje con el gallego y se negaban a firmar la paz. Así, Pedriño emprende su viaje con sus chicos convertidos ahora en enemigos acérrimos.
Las chicas pidieron disculpas a Toñi por convertir su apartamento en escenario de una batalla campal. Ella perdonaba, pero con una condición: que dieran un escarmiento también a Gabi. Así, las chicas convirtieron al príncipe azul en encargado de las hamacas de Altea. Mientras ellas disfrutaban de una larga y plácida mañana de sol, Gabi pasó las horas colocando hamacas y atendiendo clientes. Pero también se vengó y, cuando estaban subidas a su barquita, Gabi las envió lejos de las boyas.
Olvidado el castigo, Gabi se llevó a las chicas a dar un paseo en barco y… Cuando Priscila no miraba, Ruxandra besaba al príncipe. Quien sí la vio fue Patricia, que comunicó la noticia despertando el enfado de Pris: “¡Ahora te vas a comer los mocos!”, le espetaba.
Poco le importaba a Gabi y se llevaba a Ruxandra a disfrutar del atardecer en una moto de agua. “Ojalá se ahogue”, decía Pris cuando se marchaban… Pero Ruxandra hizo oídos sordos y acorraló a Gabi en la moto hasta casi besarle. Él, algo agobiado, interrumpió la cita antes de tiempo y regresaba al lado del resto de princesas.
Pero Ruxandra aún tenía algo más que dar: decidió citar a Gabi en su dormitorio y le esperaba tumbada en la cama vestida solo con un camisón y como adorno un liguero. El Príncipe, según él mismo decía más tarde estaba “acojonado” y en cuanto vio la mirada de Ruxandra le soltaba la noticia sin paños calientes: estaba expulsada.
Isidoro sacó su lado más romántico. Primero se llevaba a Natalia a un castillo dándole así su ansiada cita e, incluso una declaración de amor. Más tarde, se llevaba a Alexandra a cenar y quiso demostrar que también puede ser un hombre refinado. Pero no pudo más y tuvo que besarla. Sus hechos tuvieron una consecuencia, en realidad, una confesión: además de gogó Alexandra también es stripper y el rostro de Isidoro perdía el color tras conocer la noticia.
Mientras, Dolores intentaba aconsejar a su hijo y se dejaba querer por las chicas. La madre se ha encariñado con ellas pero poco le ha importado a su hijo que ha tomado una decisión. Tras 30 años pensando “de cintura para abajo”, Isidoro ya no quiere una cara bonita, prefiere un amor de verdad y, por ello, decía adiós a Rebeca.
Raquel era la única que, en los días de convivencia, no había disfrutado de una cita a solas con el soltero. Mientras Isabel se llevaba a Rocío y Sara a un spa, ella disfrutaba de una tarde en barco con Javi. Emularon la célebre escena de Titanic y Raquel decidía lanzarse con un beso, por cierto, correspondido.
Los besos de la pretendienta agobiaron al soltero, pero no porque no le hubieran gustado, sino porque sumaban más dudas: todas las chicas le gustan y no sabía a quién expulsar. Pero tenía que hacerlo y fue precisamente Raquel ¿El motivo? Porque es más amiga que pareja para Javi.
Álvaro seguía llorando la marcha de Ana… Hasta que tuvo una cita con Sara. Tras una tarde de diversión entre barro y agua, el soltero disfrutó a solas con la chica. Ambos se sinceraron y cuando él le abrazaba Sara vio clara su oportunidad. Pero no le bastó con besarle, quiso morderle no sabemos si para así captar mejor su atención.
Algo parecido le pasaba a Luis Carlos. Primero vio a dos de sus chicas besándose, Sandra y Elena. Para despejar las dudas que el beso le había despertado, Luis Carlos se marchaba con Sandra. Ella bromeaba e intimidaba al soltero con la mirada y, cuando Luis Carlos menos se lo esperaba, Sandra le besaba, tanto que él tuvo que pedirle “distancia”.
Quizá por no haber sentido el impulso de corresponderle en sus besos, Luis Carlos tomó la decisión: Sandra tenía que marcharse.