Los solteros de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' ya han conocido a las diez chicas (chicos, en el caso de Pedro) que aspiran a conquistar el amor de cada uno de ellos. Tras las primeras decisiones que han dejado atrás a algunas de las candidatas, es hora de conocer a las chicas un poco más. Pero el turno será de las madres. Les ha llegado su momento y quieren poner a prueba a las pretendientas estando a solas con ellas. Quieren descubrir si tienen las cualidades necesarias para merecerse el amor de sus retoños.
Además, las madres se enfrentarán a un difícil momento: descubrirán ciertos secretos de algunas candidatas que las dejarán más que sorprendidas. Alguno de estos secretos será decisivo a la hora de la segunda expulsión en el programa y pesarán tanto que las protagonistas de estos secretos poco tendrán que hacer ante la opinión de las madres.
Paqui, la madre de los mellizos Álvaro y Luis Carlos irá al mercado a hacer la compra con las chicas con el fin de comprobar cómo se desenvuelven en la vida doméstica. Desafortunadamente, la andaluza descubre la ignorancia de muchas de ellas en estas cuestiones y les hace saber la importancia que tiene para ella el ser una buena ama de casa. Álvaro y Luis Carlos esperan ansiosos su momento. Ellos no tienen tanto interés en las chicas por sus virtudes domésticas, por lo que deciden dar un paseo por el río con sus pretendientas para conocerlas un poco más. Llegan los primeros besos y los mellizos comienzan a desarrollar un feeling especial con algunas chicas en concreto. (Paqui deja muy claro que no soporta a Ana ni a Lucía (la de la lengüita) y las chicas que no han hecho la compra en su vida.
La madre de Isidoro, Dolores, siempre ha tenido un sueño: aprender a patinar. Y cree que las chicas podrán ayudarla a hacerlo realidad. En su paseo a solas con las mujeres que aspiran a conquistar el amor de su pequeño, la manchega admira a las chicas que se vuelcan con ella y sufre por aquellas a las que cree más interesadas en sus cosas que en estar con la que puede convertirse en su suegra. (Dolores adora a todas las chicas aunque sigue sin saber sus nombres y las denomina por el lugar de procedencia)
El descubrimiento del secreto de alguna de las chicas hará que Isidoro comience a plantearse la conveniencia de elegirla o no para ir a su casa a que conviva con ellos.
En el madrileño barrio de Chueca, Mari disfruta con los aspirantes de Pedriño y conoce el ambiente homosexual en el que se mueve su hijo cuando viaja a la capital. Al menos hasta el momento, ella sigue teniendo muy claro quién o quiénes son sus favoritos. Y no dejará de repetírselo a su hijo para intentar influir en su decisión final. El día resulta todo un descubrimiento para la gallega, que horas después de pasear con los candidatos conversa con su hijo sobre temas íntimos de los que ninguno de ellos había hablado antes. Por su parte, Pedriño se lleva a los chicos al showroom de una diseñadora de moda para comprobar si los pretendientes son tan modernos como él o si pueden llegar a serlo. Mary descubre los secretos de Giordis (el chocolate) es santero. Emilio es superdotado
La madre de Javi, Isabel, pasará un momento muy especial con las chicas. Quiere testar a las pretendientas en el ambiente nocturno de su hijo y las lleva a un espectáculo de striptease masculino para ver cómo reaccionan. Lo que nunca imaginó es que ella sería la mujer más animada de la noche. Al día siguiente, su hijo irá con las chicas a un taller de burlesque en el que las candidatas tomarán unas clases de seducción sobre un escenario.
Por su parte, las pretendientas de Gabi se enfrentan a la cita a solas con Toñi mientras se hacen la manicura. La madre quiere saber todos los detalles de lo que ocurrió la noche anterior entre las chicas y su hijo y no deja de sorprenderse ante alguna de las explicaciones. Gabi disfrutará después de un día de piscina con sus pretendientas que no resultará tan idílico como él pensaba.
Al final de la jornada los solteros tendrán que enfrentarse de nuevo a la decisión de dejar atrás a alguna de sus candidatas. Sólo pueden quedar cuatro, las cuatro que harán las maletas para iniciar la convivencia con las madres y sus hijos, esta vez en el territorio más cómodo para las madres: sus casas.