La madre de Pedriño sometió a sus candidatos a yerno a un tercer grado en toda regla. Sobre todo, quería saber si querían casarse, formar una familia y si sus hábitos de vida son saludables. Por ello, les preguntó si se drogaban pero todos lo negaron. Lo que menos podía esperar Mary es que le llevaran a una tienda sado. Allí descubrió todo tipo de objetos que le sorprendieron pero, en contra de lo que los chicos esperaban, no le escandalizaron.
Pero también tenía algo preparado para ellos. Quería conocer a "la moderna que llevan dentro" y, para ello, les llevó a la tienda de una amiga para que eligieran estilismo. Hubo de todo, desde camisetas con corazones hasta chalecos con brillo, pero el ganador fue, para sorpresa de todos, Antonio.
Mientras tanto, Luján irrumpía en la vida de Mary con unos sobres: los secretos de los chicos. La madre de Pedriño eligió el de Emilio en primer lugar y descubrió que es superdotado pero... ¿De qué?, se preguntaba, "puede ser de miembro viril o de inteligencia", y la presentadora despejaba sus dudas: se trataba de la primera opción. Lo que no le gustó fue lo que supo de Giordis, al parecer, el cubano practica la santería. Agarradita del brazo de su pequeño, Mary desveló los secretos pero a Pedriño no le preocupaba, ni uno, ni otro.
Finalmente, Pedro decidió los nombres de los expulsados y no lo hizo siguiendo las recomendaciones de su madre. Primero llamó a Rubén, el fotógrafo, no hay sufiente feeling entre ellos y le decía adiós. Lo mismo hizo con Antonio, alias 'el tuno', a quien le explicaba que aunque es el favorito de su madre no ha logrado congeniar con él.