La convivencia hace el roce y el roce hace el cariño, pero en algunos casos puede llegar a provocar escozores. Y si no que se lo digan a los solteros de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, después de haber pasado unos días con sus chicas en casa.
Aún casi arrastrando la resaca de la última expulsión, los solteros y sus chicas se embarcan en una nueva resaca más real, provocada por las copas de más que se han tomado. Aprovechando la ausencia de mamá, han organizado una fiesta en la que el alcohol ha provocado situaciones tensas, calientes y bochornosas.
En el caso de David y Luis Ángel, el momento se ha incendiado con la aparición de ‘los repescados’. Cuando más caldeado estaba el ambiente, ahí aparecieron Raquel y Jesús respectivamente para provocar la III Guerra Mundial. Su incorporación a la batalla por la conquista de los corazones de sus solteros, ha levantado ampollas entre los pretendientes. Raquel, en la primera ‘reunión’ de las chicas tuvo su primer encontronazo con María, la rubia favorita de David, que la recibe de nuevo con un: “No vomito porque no tengo ganas”. Las dos se enzarzan en una discusión que se convierte en, con todos los respetos, una verdulería. Ante esto, David desaparece, sin ellas darse cuenta y baja cuando, indignado les dice: “Os estoy escuchando desde arriba. Me estaba poniendo mis pantalones que se abren, mi gorrito de marinero, pero no, os quedáis sin striptease” Al final y pese a todo, la que mejor se comportó y menos problemas ha protagonizado, es la expulsada. Según él, dos personas que vienen de una relación ‘traumática’ no podrán llevar una relación normal.
Por otro lado, en casa de Luis Ángel, las cosas empiezan muy bien, juegan a pasarse el hielo, al ‘Yo nunca he…’ y el ambiente se caldea. Muy ‘amorosos’ todos, deciden ir a un bar a seguir tomando copas, lo que no saben es que Jesús Valiente hará su aparición. Luis Ángel ha querido darle una segunda oportunidad, pero desde que ha vuelto lo único que ha hecho es montar gresca. La tensión se ha vuelto a instaurar entre los chicos y eso no le gusta, por tanto, a la hora de la expulsión, Jesús vuelve a ser el elegido.
Dani, Dani, Dani, esto del amor te queda muy grande aún. Tu inexperiencia te está metiendo en un lío del que no sabes cómo salir. Por un lado, la dulce Zaida, te tiene conquistado con su ternura y naturalidad, pero nunca te fíes, puede ser una mosquita muerta. Luego Jenni te tiene absorbido por su belleza y sensualidad, ¡huye! Desconfía de que una chica así te dé bola. Sé que es cruel, pero es cierto, esa chica puede tener a quien quiera. Has hecho bien en repescar a Andrea, a simple vista parece buena chica y hacéis buena pareja, ¡conócela!
Rubén ha estado entre la espada y la pared. Aína sigue sin gustarle a su madre y ya la gota ha colmado el vaso. Al volver de su viaje, en el que ha conocido a la madre de Ginna, mientras esta úlitma y Graci, hacían cosas por la casa, la rubia estaba acicalándose y poniéndose un modelito de miedo. Sí, todos de acuerdo en que puede lucirlo, pero no es el más apropiado para pasear por la mañana por Denia. Rosi ruega a su hijo que deje de pensar con el ‘pito’ y se deshaga de ella y ante las negativas de su hijo dice: “O ella o yo”. Ante este ultimátum Rubén se rinde y decide reunir a las chicas con su madre para que se lo explique y él se lo explicará a Aína. Le tacha de chico cobarde y sin personalidad. Al final ganó Rosi la batalla, pero está advertida por Rubén de que una y no más. Con todo este alboroto, casi no tiene relevancia la presencia de la repescada y ¿quién es? Barbie, no podía ser otra. La que era favorita de Rosi y se quedó fuera, ha vuelto.
En último lugar José Luis y su aventura en el campo, le devuelve a la época de juventud (no te ofendas es con cariño, eres nuestro madurito preferido). Organiza un guateque en el porche de la casa donde predomina el baila y las copas, lo que no espera es una sorpresa y menos a los 45 años, su madre aparece para cortarles el rollo. “¿Pero que desorden es este? Ya podéis estar recogiendo y poniéndolo bien” Y sus palabras se hicieron realidad, muy dispuestas todas las mujeres empezaron a recoger y se acabó la fiesta. En este caso no ha habido más sorpresas y no ha aparecido ninguna otra pretendienta, pues él la semana pasada no expulsó a ninguna.