Siete programas le ha costado, pero David por fin se hace mayor. Por primera vez en el programa besará a una de sus pretendientas. Galicia le hará subir la libido. Y tanto se aficiona al arte del beso, que en una segunda cita decide lanzarse también. Ha tardado, pero ahora no puede pisar el freno.
Una habitación vacía durante toda una noche hace saltar las alarmas en Berlín, donde Emejota sospecha que su hijo ha pasado una más que romántica velada con la chica a la que no quiere como nuera. Ni siquiera un corcho de champán con aspiraciones de asesino alterarán la determinación de la madre de Markus por encontrar la verdad.
Rafa viajará a la idílica ciudad francesa de Aviñón, donde, casualidades de la vida, el joven tiene un “pisito de soltero”. Está bastante orgulloso de él porque allí acaban las dos citas con sus candidatas. Por separado, eso sí. Dos noches inolvidables cuyos secretos ocultará para siempre la Provenza francesa..
Una casa en los árboles en pleno País Vasco. Es el sueño de todo niño. Y de Sandro. Como si se tratase de la versión andaluza de Tom Sawyer, Sandro no duda en subirse a los árboles acompañado de sus dos candidatos finales, de su madre y hasta de Josh, que ejercerá de consejero/amigo/mascota a partes iguales. Sin embargo, el árbol del amor temblará de miedo al salir a la luz un terrible secreto. Un Gaygate de alcance indeterminado que cambiará radicalmente la carrera por seducir a Sandro.
Finalmente, la tensión entre Estrella y una de las candidatas de su hijo saltará por los aires en Melilla, ciudad en la que las dos últimas aspirantes al amor de Diego se juegan su futuro con él y en el programa.