“Wallflower, wallflower, won’t you dance with me? / I’m fallin’ in love with you” (“Wallflower, wallflower, ¿no vas a bailar conmigo? / Estoy enamorándome de ti”) 'Wallflower', de Bob Dylan.
Musicalmente hablando, Diana Krall no es ninguna “wallflower”, esa palabra inglesa que designa a la chica a la que nadie saca a bailar.
'Wallflower' es el nuevo y sorprendente álbum de Diana Krall para Verve Records, esta intérprete de talla mundial ha optado conscientemente por pasar un poco del control al productor dieciséis veces ganador de un Grammy® David Foster con objeto, una vez más, de hacer algo inesperado. En el nuevo álbum ha grabado una colección de canciones que van desde los años sesenta hasta la actualidad, haciendo gala de su considerable talento como vocalista de un modo hermoso y audaz. Krall canta una serie de canciones entre las que se incluyen clásicos familiares populares como “California Dreaming”, de The Mamas and the Papas, y “Desperado”, de los Eagles, así como antiguas canciones de los héroes musicales predilectos de Krall, Bob Dylan (él ha inspirado la canción que da título al álbum, “Wallflower”) y Elton John (“Sorry Seems To Be The Hardest Word”). El álbum contiene también joyas más recientes, como “Don’t Dream It’s Over”, de Crowded House, y una maravillosa composición nueva de Paul McCartney (“If I Take You Home Tonight”). Grabado en Los Ángeles y Nueva York, Wallflower constituye un esfuerzo tremendamente refrescante y de colaboración que nos ofrece una imagen de Krall bajo una nueva y extraordinaria luz.
“Tengo que otorgar gran parte del mérito de este álbum a David”, dice Krall. “Él siempre ha dicho: ‘Vamos a trabajar juntos’ y finalmente este momento era el adecuado. Estaba preparada para trabajar con David y dejarle hacer lo que mejor hace. Él hizo todos los arreglos y tocó muchas de las partes para piano. Me dejó anonadada. Siempre supe que David era bueno, pero esto me sirvió para valorar aún más sus talentos como productor y como músico”.
Ese sentimiento demostró ser extremadamente recíproco.
“Trabajar con Diana fue fantástico”, dice Foster. “Siempre me había preguntado cómo sería trabajar juntos. Nunca pensé que esto llegaría a pasar, porque yo vivo en este mundo ‘pop’ y Diana vive en este mundo del ‘jazz’, o al menos así es como se percibe. Pero una de las muchas cosas estupendas de Diana, después de conocerla durante veinticinco años, es que ella es en verdad una cantante de pop sobresaliente. Su capacidad para traspasar barreras y adentrarse en el pop supuso un fabuloso descubrimiento para mí. Estoy seguro de que es algo que Diana ha sabido secretamente desde siempre. Ella va siempre muy por delante del resto de nosotros”.
Al hacer 'Wallflower', dice Krall, “supuso un auténtico placer poder concentrarme en el tiempo que pasaba en mi cabina vocal y dejar que David me produjera realmente. Pensé: vamos a hacer el tipo de disco pop que David sabe realmente cómo hacer. Yo puse decididamente mi granito de arena en relación con las canciones y con los músicos, pero en su mayor parte dejé en sus manos tocar el piano y los arreglos porque quería que esta experiencia fuese diferente, y lo fue”.
“No se me pasaría siquiera por la cabeza plantar cara a Diana como músico, porque ella tiene un talento enorme”, explica Foster, “pero ella se dejó producir, con muchas aportaciones por su parte, por supuesto. Ella sabe lo que quiere y lo que no quiere hacer. Ha profundizado tanto en el mundo del jazz que, como pianista y como músico, me deja en mantillas, sobre esto no hay discusión posible. El hecho de que ella respondiera a mis estímulos fue realmente apasionante. Era como si nos alimentásemos el uno del otro”.
Foster dice que le encantan especialmente las canciones de Wallflower en que convenció a Krall para que tocara ella los solos de piano. “En canciones como ‘California Dreaming’ y ‘I Can’t Tell You Why’, Diana toca solos para piano hermosos, sencillos, sólidos, pintorescos y llenos de melodía. Son casi cantables. En esto estriba parte de quién es Diana como músico. Sus solos presentan la forma de un auténtico arco. Al igual que muchos de los grandes músicos de jazz, ve el final del solo antes de que empiece a tocarlo. Eso es lo que distingue a los buenos de los grandes”. Y Foster añade: “Me siento orgulloso de conseguir sacar grandes interpretaciones vocales de la gente y eso es lo que creo que hemos hecho aquí. Diana ha hecho un montón de discos increíbles y el éxito que ha tenido habla por sí solo. Pero esta vez me concentré con todo detalle en la parte vocal, encontrando la tonalidad exacta más adecuada para su voz con el fin de sacar el máximo partido de ella. Acometo cada proyecto con la falsa idea de que voy a conseguir una interpretación vocal del artista mejor de la que nadie haya logrado nunca, antes o desde entonces. Es posible que se trate de una idea falsa, pero este ha sido mi mantra. Le dije que si me dejaba carta blanca, entonces sacaría lo mejor de mí”.
Tal y como lo formula Krall con una sonrisa, “Cuando trabajo, me gusta dar a las personas la libertad de hacer lo que hacen. No soy una pejiguera. Creo en dejar a la gente tocar de la manera que tocan y luego, a partir de ahí, introducir ajustes. Seguí las indicaciones de David, pero defendí mi postura cuando fue necesario. Teníamos desacuerdos normales, pero para mí fue un proceso sin ningún tipo de complicaciones, especialmente después de que lo echara a la calle unas cuantas veces. Pero, ahora en serio, lo cierto es que los dos crecimos en la misma parte de Canadá y ahí se encuentra una especie de entendimiento, un terreno común”.
Esa conexión ayudó incluso a inspirar parte de la selección de canciones de Wallflower. “Si piensas en cualquier persona que esté creciendo, incluso si alguien posee un talento extraordinario en un ámbito musical concreto, eso no significa que sea eso todo lo que escuchan”, dice Foster. “Diana se crió en Vancouver Island, exactamente igual que yo, escuchando música pop en la radio de los 40 Principales, exactamente igual que cualquier otro adolescente. Las canciones que estamos haciendo en este disco son canciones que ella ha amado desde su infancia y las canta de una manera alucinante. Diana es una persona muy musical y siente una gran afinidad por estas canciones. Wallflower no es más que otra extensión asombrosa de la persona que ella es y de lo que es capaz de hacer”.
“Muchas de las canciones de Wallflower Son canciones que llevo cantándome a mí misma durante años. Necesitaba simplemente la hoja con las letras para estar segura de que no estaba cantando todo el tiempo las palabras equivocadas. Me compré el disco de 45 de “I’m Not In Love”, de 10cc. Oía a Bryan Adams todo el tiempo. A mis padres y a mí nos encantaba Linda Ronstadt, que fue mi inspiración para cantar “Desperado”. Tenía incluso un póster de Peter Frampton en la pared. Yo no era más que una típica adolescente que salía con amigos, no que estaba sólo escuchando jazz. Cuando Krall oye “Sorry Seems To Be The Hardest Word”, aún puede recordar el regalo de Navidad que sigue haciendo, una valiosa copia del álbum de su héroe y mentor Elton, Blue Moves. “Mi mayor influencia además de Oscar Peterson es Elton John”, dice Krall. “Tengo una foto por alguna parte de la mañana de esas Navidades en que salió el álbum de Elton Blue Moves. Yo quería ese álbum desesperadamente. La foto es de mí con mi madre y mi padre sosteniendo ese álbum. Solía escucharlo en el piso de abajo, en mi tocadiscos. Ahí abajo tenía una guitarra Rhodes y podía tocarla al mismo tiempo que la oía. Con los años, Elton ha pasado a ser como de la familia. Hace poco cantamos los dos juntos “Sorry Seems To Be The Hardest Word” en el programa de televisión Spectacle de mi marido, Elvis Costello. Son muchas las canciones de Elton que significan mucho para mí, pero esta en concreto es especial”.
Al recordar “Don’t Dream It’s Over”, de Neil Finn, Krall recuerda “estar tumbada en el suelo cuando tenía un apartamento diminuto en Pasadena (California), escuchando esa canción una y otra vez. Simplemente me entusiasmaba. La canción ha estado dándome vueltas por la cabeza desde que tenía unos veintidós años y quería realmente hacerla como es debido. La letra sigue resultando igual de adecuada para el mundo en la actualidad”.
Krall oyó por primera vez la hermosa “If I Take You Home Tonight”, de Paul McCartney, una composición no grabada anteriormente, cuando estaba trabajando codo con codo con él en su álbum Kisses on the Bottom, de 2012. “Esa experiencia permanecerá en mi vida y en mi música para siempre”, explica Krall. “Cuando le pregunté a Paul sobre la posibilidad de grabar la canción, porque él sabía que me encantaba, dijo: ‘Claro que sí’. Hablamos de cambiarle la letra debido al género, pero generalmente me gusta mantener las palabras tal como están, así que al final no cambiamos nada”.
Por último, Wallflower
“Me gusta Bob Dylan como una loca”, dice Krall. “Sólo lo he visto unas pocas veces. Le dije que me encantaba la manera en que toca el piano. Dijo: ‘Bueno, tú eres pianista, así que deberías saber de eso’. La música de Dylan es tan profunda. Desde el momento en que oí la versión demo de “Wallflower”, con Bob cantando su canción al mismo tiempo que un perro está ladrando al fondo, he adorado esta canción. Llevo interpretando “Wallflower” ya durante un año y medio con mi banda y no tuve más que grabarla aquí”. “Wallflower” es un tema sobresaliente que contiene una de las interpretaciones vocales más emocionantes que ha hecho nunca Krall, así como una destacada intervención a la guitarra del aclamado guitarrista Blake Mills. “Se trata de una canción a la que me siento muy conectada”, explica Krall. “Soy un poco como los actores de método y ‘Wallflower’ es una parte de lo que quería realmente representar”.
David Foster afirma en un tono de admiración: “Diana puede ser una de esas chicas tímidas que nadie saca a bailar, pero también puede ser temible. Es una artista verdaderamente grande e introspectiva en el estudio y luego, al día siguiente, puedes verla en el escenario sin cortarse lo más mínimo, siendo histérica, el alma de la fiesta. Diana es alguien que puede plasmar hermosamente todos los extremos y no para de demostrarlo una y otra vez”.