El caso de Miguel Fornell es bastante llamativo. Es un madrileño que no era independentista en absoluto pero que, desde que vive en Cataluña, ha entendido mucho mejor la defensa de esta postusta (especialmente desde el 1-0): "No me gusta una España que manda a la policía para que la gente no pueda votar", ha dicho MIguel junto a su novia catalana, a quienes todos culpan de su cambio de postura.