Su nombramiento como Presidente del Gobierno desconcierta e incluso desilusiona a la oposición, pero en la población genera un atisbo de esperanza. En su primera comparecencia en televisión, Suárez no habla desde una tribuna o desde un púlpito, si no sentado en el sofá de su casa: “La confianza que me animó a aceptar esta gran responsabilidad que he asumido, radica en el propósito de que la iniciativa del Gobierno sea el reflejo puntual y auténtico de la voluntad popular. Si debiera señalar una explicación en este momento, creo que podría reducirla a una forma ya clásica, gobernar con el consentimiento de los gobernados”.