En octubre de 2014, David Bisbal viajó a Nepal junto a Jesús Calleja para atreverse con un nuevo reto de 'Planeta Calleja', una aventura que sirvió para que el cantante almeriense quedase prendado de una de las regiones más hermosas del planeta y con las que mayor vinculación y apego emocional tiene el aventurero leonés. Muchas cosas han cambiado desde entonces.
El país asiático sufrió en abril de 2015 un devastador terremoto que dejó decenas de miles de muertos y prácticamente en ruinas a un país ya de por sí sumido en la pobreza. Meses después, las consecuencias del temblor siguen resultando palpables en Katmandhú y alrededores.
Jesús Calleja no podía quedar impasible ante esta situación. Y para girar el foco mediático hasta la región Himalaya, ha conseguido embarcar de nuevo a su compañero David Bisbal para contar en primera persona cómo es la vida en Nepal después del mayor terremoto sufrido en la región en 80 años. Ambos volverán a recorrer las calles por las que pasearon en su viaje anterior y comprobarán cómo ha quedado la ciudad tras la catástrofe. Conocerá historias personales de familias afectadas y también tendrá la oportunidad de ver la labor de UNICEF, ONG con la que colabora David Bisbal.
'Planeta Calleja' aguarda a David Bisbal para llevarle a la 'zona cero'
Carreteras intransitables, rutas al filo del precipicio, condiciones climáticas extremas en pleno monzón… así es el escenario que aguarda a David Bisbal, la región de Dolaka. Totalmente al margen de las rutas turísticas, las comunicaciones con la zona donde se localizó el epicentro del temblor siguen siendo, 5 meses después, prácticamente inaccesibles por los vehículos a motor.
El objetivo de Jesús Calleja y David Bisbal será alcanzar esa “zona cero” en las mismas condiciones en las que actualmente tiene que vivir la gente de Nepal: circulando por caminos intransitables y caminando a pie por algunas de las rutas más escabrosas, donde abundan las sanguijuelas. En plena temporada de monzón, la pareja sufrirá las inclemencias meteorológicas de la zona y, sin un techo donde cobijarse, se verán obligados a dormir en campamentos improvisados hasta llegar su destino final.