Mucha se sabe de la cocina de José Andrés, pero muy poco de su vida privada. Casado con una mujer gaditana a la que conoció bailando, tiene tres hijas que se han convertido en lo más importante de su vida. Aunque reconoce que ha tenido momentos en los que su afamada cocina le han hecho ser demasiado materialista, ahora lo que más valora es tener tiempo libre: "Antes me quejaba de que un hotel no tenía agua caliente, pero ver que hay gente que no tiene ni para beber me ha cambiado mucho. A veces con menos eres más feliz y quiero aprovechar cada minuto que tengo".