El oeste de África ha recibido la visita de Jesús Calleja y la primera invitada de esta nueva temporada. Su aventura ha comenzado con una petición de hijos venideros, ¡ni más ni menos!
Paz quiere volver a ser madre, por eso, aprovechando su visita al Templo de las pitones donde habitan dichos animales, que para los habitantes de Benín suponen la conexión entre el hombre y la Tierra, la humorista ha querido abrazarse al árbol sagrado para pedirle un hermanito para su hija Ana.
Además de descubrir el resurgir de su instinto maternal, Paz ha querido recordar otro aspecto personal de su vida: la separación de su primer marido y padre de la que hasta ahora es su única hija. Asegura que su ruptura se debió a la falta de conexión entre su trabajo frente a la cámara y el gusto por las mismas de Albert Ferrer:
Lágrimas de emoción y dolor en Ganvié, un pueblo sobre el agua
En su trayecto Calleja ha llevado a Paz hasta Ganvié, un pueblo de Benín con 30.000 habitantes situado sobre un lago que crearon en el Siglo XVI y XVII. La historia, el paseo en barca, las vistas, la música... Paz Padilla no ha podido evitar las lágrimas de emoción ante tanta belleza, ¡incluso ha terminado bailando twerking con sus habitantes!
Sin embargo también ha empañado sus ojos por un motivo totalmente opuesto. Las condiciones de los hospitales de la zona dejan una imagen desoladora durante un parto:
De la miseria a la riqueza. Paz y Jesús se han acercado hasta Savalou, donde han podido conocer al mismísimo rey del lugar. Vestidos para la ocasión con los trajes típicos de la zona, ambos han disfrutado de un recibimiento digno de reyes y una cena de gala.
Entre costumbres y confesiones personales, Calleja y Padilla han podido presenciar un ritual vudú para descubrir qué es lo que realmente se esconde tras ello. Lejos de lo que podían imaginar, este rito no se emplea para hacer el mal:
Paz Padilla se sincera sobre su trabajo en televisión
La presentadora se ha abierto a Jesús Calleja y, gracias a este viaje, hemos podido descubrir algunos secretos de Paz Padilla, como que su mayor miedo es que suceda una pandemia mundial, que le quitó el puesto de humorista a su tío, que se siente toda una "show woman" con su papel de Chusa ('LQSA') o que su participación en 'Sálvame' dependió de la opinión de Javier Sardá:
La pareja de aventureros ha terminado su viaje en Conaku, ¡cinco horas les ha costado llegar a este pueblo! Sus habitantes con los Tatá, una tribu que se refugió en ese lugar recóndito para huir de la guerra. Aunque nunca habían visto a un hombre blanco, Paz y Jesús se han sentido como en casa: