Con camisa de "dominguero" y un mensaje para sus rivales políticos: así ha sido el reto de Miguel Ángel Revilla

Miguel Ángel Revilla no solo ha cumplido un sueño, también ha formado parte de uno de los mayores hitos del programa. ‘Planeta Calleja’ ha preparado un dispositivo único para hacer una complicada ruta en Liébana y quien lo ha probado ha sido el presidente de Cantabria, el invitado de mayor edad que ha pasado por el programa.

A sus 77 años, Miguel Ángel Revilla ha demostrado que no hay reto que se le resista, ha tirado de carácter y se ha enfrentado al reto con una de sus mejores camisas: “¿No tenías otra camisa más deportiva?”, le decía Jesús Calleja. “Es que soy un dominguero”, respondía Revilla con sentido del humor.

Durante la subida, las bromas entre el presentador y el presidente de Cantabria no han cesado ni un momento. Miguel Ángel Revilla se ha mostrado muy seguro de sí mismo y hasta se ha acordado de la oposición de su partido: “Esto a los rivales políticos les desmoraliza muchísimo porque piensan que estoy acabado”.

Debido a la dificultad de la ruta completa, Miguel Ángel Revilla se ha quedado a los pies de la parte más vertical de la montaña y ha dejado que fuera Jesús Calleja quien llegara hasta la cueva en la que vivió el guerrillero lebaniego hasta 1944.

Sobre su reto en ‘Planeta Calleja’, el presidente de Cantabria se ha mostrado “encantado”: “Esto ha sido un sueño. Yo no he podido hacer estas cosas y esto ha sido inolvidable, Jesús (…) Tenía ganas de hacerla. Era un reto, pero todo está en el coco”, decía Revilla.

Jesús Calleja graba por primera vez el interior de la cueva de Liébana

Las condiciones climatológicas y el fuerte viento hicieron imposible que Miguel Ángel Revilla pudiera subir a la cueva en la que vivió el que fuera combatiente de la Guerra Civil durante cuatro años, así que fue Jesús Calleja quien subió, con una cámara, para grabar el que fue el refugio de Segundo Bores Otamendi hasta 1944.

El presentador de ‘Planeta Calleja’ mostraba el interior del que fue el refugio del guerrillero lebaniego y cómo estaba varios años después. Aún quedaban restos de botellas y calzado y estaba prácticamente como él lo dejó en 1944.