Kiko Rivera se ha sincerado con Jesús Calleja en su viaje a Nepal. El hijo de Isabel Pantoja ha abierto la puerta del pasado y ha contado cómo eran las noches de fiesta con sus amigos cuando ganaba dinero rápido, en qué se lo gastaba y cuánto ha llegado a derrochar.
Jesús Calleja se ha interesado por la vida de chaval de Kiko Rivera y él ha contado algunas de las trastadas que ha llevado a cabo, como escaparse de casa, irse de fiesta un viernes para volver al siguiente o coger el coche sin tener el carnet de conducir. Reconoce que estaba perdido en la adolescencia, no quería estudiar y recibió la llamada del dinero fácil.
A Kiko le propusieron hacer un bolo, por el que cobró 2.000 euros. Esta cantidad fue creciendo, y reconoce que ha llegado a cobrar 25.000 euros en por “hacerse cuatro fotos” en un evento. Si se tiene en cuenta que un fin de semana podía hacer cuatro bolos, la cantidad asciende a 100.000 por dos días… pero, muchas veces, ese dinero se quedaba en la discoteca, pues Kiko admite que salía de allí con el dinero gastado.
Pero ¿en qué se gasta Kiko Rivera 100.000 euros en un fin de semana? “Mucha fiesta, estupefacientes a saco, iba con 25 o 30 amigos, les decía ‘¿dónde queréis ir?’ Y luego putas, fiesta y todo (…) Decíamos ‘vámonos para Londres’, y pagaba los aviones, los hoteles, las cenas, las fiestas y me podía gastar 60.000 euros”.
¿Cuánto dinero se habrá fundido Kiko Rivera a lo largo de esos años? “Alrededor de cuatro millones, sin comprar casas, sin invertir… Era un cabeza loca”. Además, admite que “cuando el dinero te llega fácil, te lo gastas fácil”. Y es que Kiko se ha arruinado hasta en dos ocasiones: “Habré ganado, en mi vida, arruinada, entre siete y ocho millones de euros”.
Toda esta sinceridad ha dejado alucinado a Jesús Calleja. Ahora, Kiko es otra persona. Queda atrás ese joven derrochador e inconsciente del pasado, y todo gracias a Irene Rosales y a un documental sobre la muerte de Avicii, que le ayudaron a salir del pozo de las drogas. Pero este tema ha asombrado tanto a Jesús que, al día siguiente, siguió indagando: