Kiko Rivera viajó hasta Nepal para vivir una gran aventura con Jesús Calleja cuando estaba viviendo un duro momento personal y familiar. Poco antes, había descubierto una traición por parte de su madre, Isabel Pantoja, la cual decidió desvelar en ‘Cantora, la herencia envenenada’. Es por ello por lo que el DJ se sincera con Calleja sobre esta gran decepción y sobre su padre Paquirri.
El hijo de Isabel Pantoja cree que su padre, con quien reconoce que habla a menudo, “no está descansando” en paz por todo lo que está viviendo el clan Pantoja, e incluso se atreve a decir que ”esté donde esté, no debe estar contento con todo lo que ha pasado”, haciendo alusión a lo triste que estaría si fuera conocedor de este gran conflicto entre madre e hijo.
Calleja advierte que su invitado “está carente de amor”, pero Kiko Rivera no duda en rectificar: “Por una parte sí, por otra me sobra”. “Yo he amado a mi madre, la sigo amando, era mi ejemplo a seguir, pero tengo que asimilar todo lo que está pasando. No soy el hijo perfecto, pero jamás he tenido una palabra hacia ella, hasta que por mis propios ojos vi que la que no me respetaba era ella”.
Además, Kiko Rivera aprovecha para hacer una comparativa entre él y su madre en el rol de madre y padre y echa en cara que la tonadillera no le llevara al colegio, cuando él, dedicándose a lo mismo que ella, a la música, lleva a las suyas siempre que puede.