Kiko Rivera tiene un momento de intimidad con Jesús Calleja en Nepal y aprovecha para sincerarse como nunca sobre sus sentimientos. Habla de los dos momentos más críticos de su vida, cuando estuvo sumido en las drogas, pero, sin duda, la confesión más dura ha tenido lugar cuando ha hablado del embarazo de su tercera hija (y segunda junto a Irene Rosales), Carlota.
“Llega la segunda hija y ahí es cuando, realmente, estoy más metido en las drogas. Cuando mi mujer se queda embarazada, yo no lo acepto y, durante los meses de embarazo, no le toco la barriga ni una sola vez”, confiesa Kiko, muy afectado al recordar lo que está contando. Se toma su tiempo, visiblemente emocionado, antes de continuar confesando.
“Mi hija Carlota es una de las personas que más quiero y tener que decir que yo no la aceptaba, es muy duro. Estaba muy mal, no me sentía bien conmigo mismo, no lo aceptaba, no quería, incluso el día de su nacimiento tampoco. Pero, poco a poco, me fue ganando”, confiesa entre lágrimas. Ahora, Kiko Rivera reconoce querer a sus tres hijos por igual.
Y es que, tal y como le ha confesado Kiko a Calleja, las drogas jugaron muy malas pasadas en él. Le ha llegado a contar que durante algunos años derrochó cerca de ocho millones de euros por culpa de este vicio, que le hacía gastar mucho dinero en fiestas.
Pero, añade, no todo ha sido culpa suya. Kiko Rivera comenta que parte de culpa la tiene su padre por no haber estado lo suficientemente atenta de él durante aquellos años de juventud desenfrenada.