Aunque ahora triunfa en Estados Unidos con su cocina y es considerado uno de los mejores cocineros del mundo, sus inicios no fueron fáciles. Su padre le pidió tiempo cuando le comunicó que quería ser cocinero, pero luego le ayudó a entrar en la prodigiosa escuela de cocina de Barcelona. Además, José Andrés está convencido de que el servicio militar le cambió la vida y que fue clave en su aventura americana.