Los investigadores de la Guardia Civil descartan que la joven Laura Luelmo pasase la noche que desapareció --la noche del miércoles 12 al jueves 13 de diciembre-- en casa de su presunto asesino, Bernardo Montoya. Así lo han afirmado este miércoles en una rueda de prensa en la que han ofrecido detalles de la investigación. No obstante, la Guardia Civil encontró restos de sangre de la víctima y del presunto asesino en la casa de Montoya y también parte de la compra que Laura Luelmo había hecho en el supermercado antes de desaparecer.

También han afirmado no tener aún datos concluyentes de cuándo se produjo la muerte de la joven, pese a que la autopsia preliminar la situó entre dos y tres días después de su desaparición. "No tenemos una autopsia totalmente finalizada, los datos que existen son previos y, con lo que nosotros manejamos, puede que no se correspondan con la realidad", ha dicho el coronel Ezequiel Romero, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva.

La hipótesis de los investigadores es que Montoya agredió sexualmente a su víctima en el campo, aunque tampoco han podido precisar qué tipo de agresión sufrió. Además, han asegurado que, en el momento en el que lo que se investigaba era la desaparición de la joven no había indicios con "carga probatoria" contra Montoya. Según han dicho, habría sido posible hacer un registro voluntario, pero tenían que "valorar bien" lo que hacían. "Y si la tuviera en otro sitio, ¿el que pusiéramos el foco podría haberla puesto en peligro?", se ha preguntado el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Jesús García.

Ya desde el mismo viernes 14 la policía decidió que iba a afrontar la investigación desde dos frentes, el de la búsqueda y el de la investigación. El padre de Laura Luelmo puso una denuncia y casi al mismo tiempo la dueña de la casa donde residía Luelmo pide que los investigadores entren en la casa por si ven algo raro, pero no hay nada sospechoso. La Guardia Civil no ve nada raro en la vida de Laura, tiene pareja estable, pero sí en su desaparición.

El día 12 a las 16.22 Laura manda un whatsapp a su pareja, en el que le dice que no sabe si se va a ir a andar porque hace un poco de viento".

Ya desde el mismo viernes 14 la policía decidió que iba a afrontar la investigación desde dos frentes, el de la búsqueda y el de la investigación. El padre de Laura Luelmo puso una denuncia y casi al mismo tiempo la dueña de la casa donde residía Luelmo pide que los investigadores entren en la casa por si ven algo raro, pero no hay nada sospechoso. La Guardia Civil no ve nada raro en la vida de Laura, tiene pareja estable, pero sí en su desaparición. Entran en la casa y el padre y la pareja echan en falta las zapatillas y unas mallas. Por este motivo "cabe inicialmente la posibilidad que se haya ido a correr". El padre llama sobre las 8 de la noche para decir que se encuentra en El Campillo junto con la pareja de Laura.

El equipo de la policía judicial ve a un vecino que salía de su casa. Sale con unos objetos. Resulta que es Bernardo Montoya. Le preguntan si conoce a una chica que lleva unos días viviendo en la casa de enfrente. Dice que no sabía que hubiera allí nadie. Se marcha y los investigadores precintan la casa. Los investigadores contactan con la central y les dan a conocer los antecedentes que tiene Bernardo Montoya. "Ya de inicio vemos que es un sospechoso con mayúsculas. Por tanto la patrulla que vela por que nadie entre en la casa de Laura, tiene al mismo tiempo la misión de vigilar los movimientos de Bernardo Montoya. "Pero les adelanto que no vuelve a entrar en la casa", explica el experto de la Guardia Civil.

La Guardia Civil descarta al final que Laura fuera a correr. "Por prescripción médica no solía ir a correr, no corría. Tampoco era una persona que se adentrara en el campo. Más bien era un poco miedosa a salirse del entorno donde hay personas". La policía busca el recorrido del móvil. "Al día siguiente, el sábado 15, tenemos por la mañana la geolocalización. En un principio nos daba por la parte norte de El Campillo".

Los ciudadanos de El Campillo se vuelcan. También Protección Civil, policía local, bomberos. Se realiza una búsqueda centrándonos en un radio alrededor de cinco kilómetros". Sigue mientras el seguimiento constante a Montoya. El sábado por la tarde graban desde el cuartel de Cortegana que Bernardo sale con su vehículo en dirección a Sevilla. Es su alfa romeo negro.

En la parte norte del pueblo se realiza una búsqueda donde está una balsa de la mina de La Ponderosa. El día anterior llegan un helicóptero y un perro para ayudar. El sábado los GEAS, para analizar si Laura pudiera haber caído en la balsa. El domingo en la zona noroeste, que es donde luego apareció el cuerpo de Laura, se bate esa zona, pero no es nada fácil ver el cuerpo por la vegetación. Ella estaba a 10 kilómetros del pueblo.

El jueves o el viernes Bernardo Montoya fue al centro de salud de Cortegana porque se quejaba de un golpe en las costillas. Los investigadores piensan que la razón puede ser un forcejeo con Laura. Cada vez es más sospechoso.

Un miembro de la Cruz Roja fue el que vio unas prendas y llamó a la central. Se mandó una patrulla, pero antes de que llegara, una persona del Seprona fue a comprobar las prendas. Y estos fueron los que observaron el cuerpo de Laura.

El cuerpo estaba desnudo de cintura para abajo. Estaba cubierta la cabeza. No tocaron nada.

En la mañana del martes Montoya sale con su vehículo, le ponen una baliza, le siguen. Pasa por Huelva, da una vuelta por el Hospital Juan Ramón Jiménez, según confesó él para ir al servicio. Pero ve una patrulla de la Policía Nacional y sigue. Va en dirección a El Campillo. Pero antes se mete por un camino, para el vehículo y se adentra en el campo. Ahí, cuando no sabemos dónde va, el equipo de seguimiento lo detiene.

La noche de su detención Montoya dice a los investigadores cosas que no son creíbles, como la forma de tomar contacto con ella. Dice que Laura le pregunta dónde hay un supermercado, él le dice dónde está y se va con su coche a dar la vuelta. Montoya dice que la chica se da un golpe con la puerta del coche, él se asusta y se la lleva al campo. Montoya niega que haya habido algún tipo de agresión sexual contra ella. Dice que se ha limitado a quitarle los pantalones y a hacer una serie de tocamientos.

Los investigadores encuentran en casa de Montoya objetos que Laura había adquirido en el supermercado. Tienen el ticket de compra, que fue a las 17.20 horas del día 12, miércoles. "Nuestra hipótesis es que Laura estuvo en su casa, estuvo poco tiempo allí", dice la Guardia Civil.

"Estamos seguros que en la noche del 12 al 13 Laura no estuvo en la casa. Eso son datos que hemos sabido a posteriori. Lo que está claro es que antes de que se produzca la denuncia, Laura no estaba en la casa". Los investigadores creen que Laura murió esa misma noche. "Creemos que sí muere esa noche. Por los testimonios, por el lugar donde aparece, por la posición del cadáver. Es lo más probable. Los datos de la autopsia definitiva no los tenemos y será el forense quien afinará más en ese sentido".

"Tenemos claro que no fue consciente del sufrimiento que tuvo. Si estaba viva o no, eso habrá que analizarlo por los forenses. Pero consciente les puedo asegurar que no estuvo porque esa posición no podía ser la que nos encontramos", dicen los investigadores.

Los investigadores creen que Montoya golpeó a Laura contra el suelo en su casa. "Así, él mismo lo ha manifestado".

Es la gran crítica a los investigadores. "Para nosotros es sospechoso porque es vecino y con unos antecedentes considerables. ¿En qué grado? Eso depende de cada uno... Pero estos datos sí nos dan pie para seguirle. Pero no sabemos si la tiene en otro sitio. Y no queremos que esté muy consciente de que estamos pendientes de él, porque entonces no iría a donde está ella. Esto parece muy fácil, pero no lo es". "Por eso no entraron en su casa antes. ¿Y si no estaba allí?".

A las 16.22 Laura manda el último whatsapp a su pareja. A las 17.20 está el ticket de compra del supermercado. A las 18.10, aproximadamente, hay un vecino que ve el coche de Bernardo con el maletero abierto. A las 17.20 a las 18.10 es cuando Montoya la ve venir con la bolsa del supermercado. Por eso él luego argumenta todo lo del supermercado y es cuando la coge y a la fuerza la introduce en su casa. La estaba esperando con un brasero, y cuando introduce a Laura en su casa, le ata las manos atrás y le pone una cinta en la boca y la tira al suelo. Y se acuerda de que ha dejado el brasero en la puerta y piensa que alguien puede verlo, vuelve a por el brasero y según él es cuando Laura se levanta y le da la patada en un costado. Y por eso luego en el centro de salud se duele de esa patada. Entonces es cuando se cabrea y la golpea contra el suelo y la mata.

Montoya se asusta, mete a Laura en el coche y la lleva al campo. Laura no vuelve a casa. La agresión sexual tuvo lugar en el campo.