Los humedales de España, un valor indispensable en serio peligro
Noticias Cuatro
02/02/201816:58 h.Descritos en la RAE como “terrenos de aguas superficiales o subterráneas de poca profundidad”, la importancia y el extraordinario valor biológico de los humedales trasciende a su mera definición. Ante todo, constituyen un singular conjunto de ecosistemas que cabalgan entre los acuáticos y los terrestres y que, por su particularidad, dan refugio, sustento y sostenibilidad a numerosos seres vivos, siendo vitales no solo para la fauna, sino también para la supervivencia humana.
Indispensables también para regular el ciclo del agua y el clima, –máxime, en plena lucha contra el calentamiento global–, este grupo abarca ríos, lagos, acuíferos subterráneos, pantanos, y marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas y bajos de marea, manglares y otras zonas costeras, arrecifes de coral, y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales, embalses y salinas.
Por ello, reparando en el amplísimo conjunto de ecosistemas que engloba, debemos tomar conciencia de lo que suponen los humedales para la biodiversidad y la conservación de nuestro planeta.
Y eso es, precisamente, lo que intenta recordar el ‘Día Mundial de los Humedales’, celebrado el 2 de febrero de cada año, conmemorando el día en que se firmó la Convención sobre los Humedales, en Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971.
Desde 1997, tal y como cita el portal oficial dedicado al citado tratado intergubernamental, todos los años “organismos oficiales, organizaciones no gubernamentales y grupos de ciudadanos” trabajan para “sensibilizar” a la población del valor de los humedales y los beneficios que aportan.
Y es que toda iniciativa y labor de concienciación es poca a la hora de proteger un bien de nuestro planeta tan importante, especialmente, teniendo en cuenta que son múltiples los factores que amenazan con corromperlos o destruirlos.
LA ACCIÓN HUMANA, PRINCIPAL RESPONSABLE DEL DETERIORO
Concretamente, y como en tantos casos, es la acción humana la principal responsable del deterioro de estos espacios, con el vertido de residuos; el empleo de venenos agresivos en el cultivo, que se filtran al agua y afectan también a la fauna; el secado de algunas zonas para acabar con las plagas de determinados insectos; o la construcción de infraestructuras, entre otras acciones que directamente proceden de la mano del hombre y paulatinamente están poniendo en serio peligro su existencia.
Más allá se encuentran los factores asociados a las circunstancias naturales y meteorológicas, si bien a este respecto tampoco podemos eximirnos de cierta culpa y responsabilidad, dado que es igualmente reconocido nuestro impacto en la evolución del cambio climático, uno de los problemas principales que amenazan a los humedales.
Debido a la falta o la reducción de precipitaciones, numerosos acuíferos se están secando, y múltiples ecosistemas se ven amenazados.
ESPAÑA, UN EJEMPLO DEL PROBLEMA AL QUE NOS ENFRENTAMOS
Concretamente, y en un ejemplo cercano e ilustrativo, basta mencionar que el pasado otoño en España ha sido catalogado como el más seco del siglo XXI. Más allá, según AEMET, el año 2017 ha sido el más cálido y el segundo más seco en el país desde que hay registros, según el avance anual definitivo.
Así las cosas, y dentro de este caso concreto, debemos señalar el peligro en el que se encuentran los 74 espacios que España ha incluido dentro de la Lista de Humedales de Importancia internacional desde que se adhiriese al Convenio el 4 de septiembre de 1982. Entre ellos, dentro de los más destacados figuran el Parque Nacional de Doñana, en Huelva, con 50.000 hectáreas y Patrimonio de la Humanidad desde 1994; el Delta del Ebro, en Tarragona; o las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, entre otros.
De ellos, más de la mitad (54%) de los humedales españoles incluidos en el Convenio Ramsar presenta un estado ‘pobre’ o ‘muy pobre’ de conservación, y tres de ellos podrían sumarse al listado de humedales en peligro, conocida como la 'Lista Montreaux', según denuncia SEO/BirdLife.
Estos humedales son los de Aiguamolls de l'Empordà, el complejo intermareal Umia-O Grove y la Ría del Eo, que se sumarían a Doñana y Tablas de Daimiel, que llevan en ese listado 28 años, según afirma Asunción Ruiz, directora ejecutiva de la citada ONG.
Respecto a estos dos últimos, critica que el Estado ha sido “incapaz” de establecer medidas exitosas para la mejora de las características ecológicas de sendos espacios, y lamenta, en general, una “pasividad” de las administraciones en “todos” los humedales.
Así, pese a que España ocupa el tercer puesto en cuanto en número de humedales incluidos en el listado internacional, tras México y Reino Unido, denuncian que la cantidad no significa nada si no se conserva la calidad de los distintos entornos.
Bajo la evidencia de que “España se seca”, como indican ésta y muchas otras organizaciones comprometidas con la causa, la necesidad de actuar con medidas encaminadas a la preservación de los humedales es urgente, tanto desde un aspecto ambiental y ecológico, como en clave social y económica, dada la enorme trascendencia de éstos.