Queridos políticos, ¡es el Día Mundial del agua!
ZOE ARMENTEROS
22/03/201706:30 h.En España se arrojan en ríos, mares y embalses, kilómetros cúbicos de aguas residuales cada año sin someterlas a ningún tratamiento, según datos de la web especializada iAgua. Esto supone que existen casi un millón y medio de españoles que no disfrutan de aguas tratadas adecuadamente.
Es mucho desperdicio, en un planeta con solo el 0,007% de agua apta para el consumo humano, que termina en los cauces y acuíferos a la espera de que el mar diluya los contaminantes. Muchas veces, sin embargo, estos actúan como veneno para la vida de peces, la flora y los pozos.
¿Depuradoras obsoletas o falta de mantenimiento?
¿Cómo es la situación de nuestras depuradoras? ¿Por qué tenemos cuatro expedientes abiertos de Bruselas con una multa de 46 millones de euros pendientes por no tratar el agua residual en 17 ciudades y urbanizaciones españolas? ¿Nuestros políticos están preocupados por este tema? ¿Qué consecuencias trae el deficiente tratamiento de las aguas residuales?
Informativos Telecinco ha preguntado a varios expertos y estudiosos sobre la depuración y tratamiento de aguas residuales en España y en general, aunque todos reconocen que hemos avanzado, por la cantidad de estructuras, la situación no es como para tirar cohetes.
La situación ha mejorado en materia de depuradoras -a juicio de Santiago Martín, Coordinador jefe de Aguas, Ecologistas en Acción-, gracias a los fondos europeos destinados a la construcción de estas, pero es menos positiva su visión sobre el mantenimiento que se le da a estas estructuras.
"Sobre todo cuando dependen de ayuntamientos pequeños, no ponen todos los medios necesarios para que estas funcionen correctamente, a pesar de que cobren a los vecinos el canon del agua por la depuración del agua, pero esos dineros prefieren invertirlos en las fiestas y no en el mantenimiento de las depuradoras.
"Hay muchas depuradoras obsoletas de las que el agua a tratar sale con peor calidad de la que entró". Hay pueblos en Andalucía donde el agua cruza la depuradora y no se hace nada y a veces sale más contaminada de que cómo ha entrado, porque todo lo que se ha depositado de sólido no lo han retirado y está en los decantadores, por lo que el agua sale con más materias en suspensión".
La obsolescencia de nuestras depuradoras, el mantenimiento de estas, es una situación cada vez "más compleja" que en años atrás, en palabras del Presidente de la Asociación Española de Reutilización Sostenible del Agua (ASERSA), Rafael Mujeriego.
Para este estudioso la depuración actual "requiere un proceso de mejora y adaptación continuos al que "las limitaciones presupuestarias" han afectado "tanto para mantenerlas en su mejor estado como para adaptarlas a las necesidades que van surgiendo con el paso de los años y la entrada en vigor de nuevas normativas"
"La Comisión Europea incorpora nuevos contaminantes, con límites de calidad exigibles cada vez más restrictivos planteando la necesidad de adaptar y modernizar las depuradoras para poder atender esos nuevos requisitos de calidad."
Eva Hernández Herrero, de Asociación para la Defensa de la Naturaleza (WWF) es más crítica y cree que falta inversión en mantenimiento de las depuradoras, la mayoría construidas con subvenciones europeas.
"A pesar de que España ha aumentado el nivel de saneamiento y depuración en los últimos 10 años, desde el sector y los usuarios se indica que hay una falta de inversión en el mantenimiento y la renovación de parte de las infraestructuras ligadas al llamado ciclo integral del agua urbana. Muchas de estas infraestructuras no son capaces de rendir al 100% de su capacidad y más del 73% de las depuradoras no pueden eliminar nitratos ni fosfatos. La cosa se complica aún más si consideramos los nuevos contaminantes: medicamentos, drogas, microplásticos".
Coincide con ella Juantxo López –Uralde (EQUO), portavoz de la Comisión de Medioambiente en el Congreso que cree "no hay voluntad política para acometer el problema de la depuración de aguas residuales".
"Las soluciones existen y no es un problema tecnológico y sin embargo no se hacen, porque no hay voluntad política. Los vemos en núcleos repartidos por todo el país, por lo que ni siquiera hay una adcripción política específica, sino que es bastante genérica. Los recursos se destinan a otras prioridades, siempre hay prioridades más urgentes. En muchos casos se dedica dinero a festejos o a cuestiones secundarias y no se acomete la necesaria depuración de las aguas residuales, que es una cuestión acuciante."
Los políticos sin distinción de signo han ignorado la multa que desde 2005 pesa sobre España por no tratar adecuadamente las aguas residuales 17 poblaciones, pero el problemas se extiende de Norte al Sur de España.
"En Andalucía, Baleares, Canarias, la costa mediterránea, durante los meses de verano, las depuradoras no tienen capacidad para todos los residuos generados en esos meses y muchas veces las aguas sin tratar terminan directamente en los cauces o en el mar", subraya Martín Barajas, de Ecologistas en Acción.
Sin contar que "la contaminación más grave que la de aguas residuales urbanas es la contaminación difusa que produce la agricultura por la utilización de abonos y productos fitosanitarios que se acumulan en los suelos y en las aguas subterráneas, que son muy difíciles de eliminar. Va a los alimentos que se cultivan y contaminan los pozos."
La Política y el medioambiente, una relación postergada hasta nuevo aviso
Bruselas recordó en 2016 al Ejecutivo español que son 46 millones de euros por incumplir una directiva europea sobre aguas cloacales de los años 90 ¿Cómo es posible que pasen tantos años y no cumplamos? ¿El tema le preocupa a nuestros políticos?
"Existe un desconocimiento generalizado de los temas relacionados con el agua en la mayor parte de los representantes de los partidos políticos. Preocupa la posible multa a los responsables políticos que deben lidiar con ella directamente, pero parece que tener unos ríos limpios es un antojo de unos señores del norte de Europa que no saben cómo es España", responde Hérnandez de WWF.
Para Uralde, de EQUO, "falta percepción del problema medioambiental entre los políticos...Cada vez que se discute un tema y destacas el perfil medioambiental del asunto es difícil que eso se entienda o se asuma, siempre e antepone otro asunto. Tengo a veces la sensación de que a los grandes partidos el medioambiente solo les interese como herramienta de marketing."
Cómo afrontar el asunto y enfrentar los expedientes disciplinarios de Bruselas para que los peces sobrevivan y naden tranquilamente en las aguas de nuestros ríos, para que se pueda nadar en ellos, practicar piragüismo, para que podamos beberla.
Para Uralde, la solución sería hacer un plan nacional para cumplir las directivas europeas en materia de depuración de aguas y dotarlo de recursos económicos para hacerlo efectivo.
Rafael Mujeriego, cree que lo primero es "transferir el texto de la Directiva al ordenamiento jurídico español y luego dotarla de presupuesto para que los responsables de su implantación puedan llevarla a cabo."
Hernández Herrero considera que tenemos que empezar por "cuidar de nuestros ecosistemas del agua para asegurar una serie de servicios imprescindibles a la sociedad: Son la fuente del agua que bebemos. Ver la normativa europea como una oportunidad, no como una amenaza, para asegurar nuestro futuro. Realizar inversiones en las plantas depuradoras actuales, para dotarlas de mejores sistemas de tratamiento que permitan reducir al máximo la carga contaminante que se vierte a los ríos. Para esto la recuperación de los costes de los servicios del agua, tal y como requiere la directiva europea, puede ayudar no solo a incentivar el uso eficiente de los recursos, sino también a asegurar la contribución de los distintos usuarios del agua a la consecución de los objetivos ambientales, teniendo en cuenta el principio de “quien contamina, paga”.