Un diagnóstico erróneo, una medicación equivocada y falta de pruebas realizadas, fue la cadena de errores que acabaron con la vida de Aitor. Este niño, de tan solo 8 años, ha terminado falleciendo tras padecer una peritonitis aguda que no fue diagnosticada ni tratada.

El menor acude a su centro de salud por un fuerte dolor de tripa, le derivan al hospital y le diagnostican una gastroenteritis aguda. Los médicos le dicen a la familia que en unos días tiene que remitir, pero esto no ocurre. Aitor empeora y acude a urgencias hasta en 5 ocasiones por un dolor de estómago insoportable, nunca le hacen ninguna prueba, pero si le ponen una medicación que le quita los dolores hasta que el menor termina falleciendo.

Cuatro años después, ha comenzado el juicio contra las dos médicas por mala praxis, la acusación particular pide 21 años de cárcel para cada una y una indemnización de 1,8 millones de euros. La Fiscalía pide 2 años y dos meses de cárcel para la médico residente del hospital que lo atendió y 1 año y 10 meses para la médico del centro de salud, además del pago de 148.000 euros.

Un equipo de 'En boca de todos' se desplazaba hasta los juzgados de Alicante para hablar con Marta, la madre de Aitor. "Mi hijo tenía un dolor abdominal muy fuerte, una madre no lleva a su hijo a un hospital porque no tenga nada", comenzaba señalando la madre del menor.

Además, Marta cuenta, que tras derivarle del centro de salud al hospital, allí le realizan un diagnóstico sin realizarle ninguna prueba: "Nos dijeron que era una gastroenteritis aguda sin hacer ninguna prueba y nos mandaron para casa".

Para finalizar, la madre de Aitor confesaba, que lo único que espera de este juicio es que se haga justicia: "No quiero que la muerte de mi hijo sea en vano y que sirva para otros casos. Ya que te arrebatan la vida de tu hijo, como cualquier criminal lo hace, ellos tienen que pagarlo".