La vida alegre del agente que se vendió a los narcos: palco VIP en el Bernabéu, cacerías y medio millón de euros en ingresos en efectivo

¿De qué sirve tener 20 millones de euros escondidos en casa si no puedes disfrutarlos? Eso debió pensar el inspector jefe Oscar Sánchez. Sobre el papel, el mando policial era una persona de pocos lujos, al menos en apariencia. Su mujer se movía con un Seat Ibiza desde hace 20 años, él usaba un Xara Picasso. Sin embargo, el número tres de la UDEF en Madrid, detenido por formar parte de una red de narcotraficantes, tenía dos pasiones: el fútbol y la caza. Según las investigaciones ideó un plan para poder disponer del dinero en pequeñas cantidades y con una apariencia legal.

Según las investigaciones del caso las cuentas bancarias vinculadas a Oscar Sánchez recibieron medio millón de euros en más de 360 ingresos en efectivo. Varias de las sociedades pagadoras estaban vinculadas directamente a personas con antecedentes por narcotráfico y una de ellas estaba, incluso, administrada por una persona que estaba en busca y captura por la Audiencia Nacional. Pero durante años nadie detectó nada ni se preocupó del tren de vida del agente, más allá de su sueldo como funcionario.

En una primera fase, las cuentas personales del agente recibieron 53,800 euros en efectivo, repartidos en 63 ingresos distintos. Dos años después, su cuñada ejerció de presunta testaferro, se puso al frente de una empresa e ingresó 458.000 euros también en ingresos en efectivo. Gran parte de ellos se hacían desde una sucursal bancaria en Azuqueca de Henares, donde ella residía.

Según el sumario del caso, el plan del mando policial, especializado en delincuencia financiera, era abrir un negocio que le diera ingresos pasivos. Así podría recibir ingresos constantes con la excusa de un negocio legítimo, y podría disfrutar del dinero cobrado presuntamente a los narcos. Por eso fundó la firma Incazam Gestión SL y por eso compró con ella 14 licencias VTC que después cedía para su explotación. Con esa excusa, las cuentas del agente recibían todos los meses dos pagos de 1.500 euros de empresas de la trama. Luego fueron tres pagos. En ese negocio, su nombre aparece vinculado al de otro agente antidroga, que por el momento no está encausado en el procedimiento.

Tal era el trasiego de dinero que la sociedad del agente recibió, por ejemplo, 32.000 euros de otra sociedad llamada Limasol Logística del Vallés. El administrador de esta sociedad, A. Haddid, tiene nueve detenciones en su historial, dos de ellas son por tráfico de drogas en 2011. En el momento de los pagos al agente, Haddid tenía pendiente cumplir condena por orden de la Audiencia Nacional.

Los investigadores encuentran facturas de ropa de lujo pagada en efectivo

Así, el dinero empezó a entrar en las cuentas de Óscar Sánchez y su mujer de manera supuestamente legítima y comenzó a salir discretamente en gastos como la reforma integral del chalet que la pareja compartía en Denia. Allí encontraron los agentes otro medio millón de euros en efectivo el día de las detenciones.

Otro de los gustos de Óscar Sánchez era el fútbol. En el sumario del caso aparece el agente por ejemplo en un viaje a la final de la Copa de la UEFA de Wembley, en Londres. En esa ocasión estaba acompañado por varios miembros de su familia. A nombre de uno de sus sobrinos, por ejemplo, puso según el sumario del caso parte del dinero que tenía oculto en criptomonedas.

Según las pesquisas, el agente valoró incluso comprar una sociedad que tenía un palco VIP en el campo del Real Madrid. En el sumario del caso aparecen pagos de 170.000 euros por ese acceso al estadio. Además, los agentes encontraron en su vivienda numerosas facturas del artículos de lujo comprados en grandes almacenes, todos ellos en efectivo.

Otras de las grandes aficiones del agente detenido ahora era la caza. Incluso montó un segundo negocio para explotar la actividad cinegética en el Coto de Viñuelas, uno de los más conocidos por los cazadores madrileños. Los agentes encontraron en su casa también una autorización para el coto alcarreño de Las Tajadas, además de varias escopetas de caza y munición. La siguiente conversación fue recogida cuando el agente tenía el teléfono pinchado:

Trabajador del coto: A ver el francotirador

Agente detenido: Cuéntame.

T: Nada, que me ha llamado Joaquín, el presidente de Viñuelas y dice: Oye, ¿habéis estado aquí y habéis dejado un corzo muerto sin cabeza? Digo, ¿eh?

A: Buena, buena vista tienen.

T: (Ríe) ¿Dónde le matasteis este?

A: Al lado, al lado del pueblo, pasado el pueblo a la izquierda.

T: Sí, sí, en...a la izquierda vale, según pasas la carreterucha esa ¿no? Vale, vale, pues entonces es el mismo sitio donde decía él.

A: Habrá visto un buitre o algo ¿no?

T: No. que pasaba con el tractor y que ha visto allí el cuerpo.

A: Joder. hostia pues tiene buena vista porgue estaba en todo el medio del sembrado.

T: Pues nada, pues te lo... era por confirmarlo.

A Sí. Confirma, confirma.

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