Las incógnitas del crimen de Moncasi, en el que un albañil fue encontrado sin vida en su bañera con una peluca negra

Muchas familias españolas conviven día tras día con la incógnita de saber cómo fueron asesinados sus seres queridos. Es el caso del entorno de Francisco José (Paco) Lozano Gadea, un albañil de 54 años que fue encontrado sin vida en una bañera un 22 de enero de 2007. 'Código 10' ha analizado este martes el suceso, conocido como el crimen de Moncasi por la vía de Zaragoza en la que se encontraba la vivienda donde apareció el cadáver.

Paco Lozano era natural de Ariza, un pueblo de la provincia zaragozana. Decidió en un momento de su vida trasladarse a la capital aragonesa y allí, al parecer, solía mantener varias relaciones con jóvenes de entre 25 y 30 años. Su condición sexual la solía llevar con mucha discreción y al parecer no tenía ningún enemigo. Una historia similar ocurría en el caso de 'el celador de Olot', el mayor criminal de España del siglo XXI que tenía un sentimiento de ansiedad vital derivado de sus problemas de autoaceptación.

Aquél fatídico mes de enero fue hallado su cadáver en posición de cúbito supino en la bañera de su casa. Según confirmó el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, fue encontrado con una peluca negra sobre sus pies y sus genitales ocultos entre sus piernas. La familia, a día de hoy, sigue preguntándose quién es el culpable de este atroz crimen.

Solo una persona se sentó en el banquillo por el atroz crimen

Este programa ha profundizado en todas las pesquisas que se han recabado para intentar dar con el culpable de su asesinato. Solo un sospechoso llegó a sentarse en el banquillo. Casualmente, se llamaba igual que la víctima. Así, Francisco Lozano Gadeo, un padre de familia que tenía una hija y esperaba otra por aquél entonces, fue acusado de la muerte del albañil tras salir a la luz los mensajes que intercambió con el fallecido a través de SMS días e incluso horas antes del asesinato.

Los agentes tardaron hasta dos años en detenerlo. El individuo negó que fuera homosexual, aunque declaró que tuvo un encuentro con la víctima meses antes del suceso. Siempre según su versión, al parecer lo que hicieron fue masturbarse mutuamente durante su cita. Pero Lozano Gadeo reconoció que le dio "asco" y que por eso no tuvo más relaciones con él. Además, aseguró que se marchó de su casa después de darle un empujón.

Los últimos mensajes de su móvil

Los informes policiales concluyeron que desde esa fecha hasta el día del crimen llegaron a intercambiar hasta 61 mensajes. Pero el que jurídicamente tuvo más valor fue el que le lanzó horas antes del asesinato de Paco Lozano.

El sospechoso le llegó a mandar hasta cuatro mensajes donde le proponía un encuentro. Antes de las siete de la tarde le dijo: 'a la noche te espero, qué ropa me pongo, amor'. A las 3 de la madrugada, Lozano Gaceo perdía la vida desangrado.

Sin embargo, para la Policía fueron una coartada los mensajes que el sospechoso le envió al fallecido el 24 de enero, dos días después del crimen. Además, lo hizo sin la presencia de su abogado defensor. Pero, tanto su compañera sentimental como sus cuñados le implicaron en el asesinato.

El sospechoso entró en prisión el 3 de diciembre de 2008, casi dos años después del crimen. La presunción de inocencia nunca quedó desvirtuada en Francisco Lozano, la base de los indicios resultó ser idónea y en el juicio fue declarado no culpable.