El invierno de este año nos ha traído una quintudemia de la que no hemos levantado cabeza. Llevamos meses con numerosos virus rondando, escuchando estornudos, toses y con un paquete de pañuelos en el bolso por los mocos. Los virus respiratorios proliferan y duran más que nunca. Lo que conocíamos como un simple catarro de un par de días, ahora se prolonga semanas. La lluvia de este mes y el proceso de inmunidad que vivimos por la pandemia del covid, complican aún más la situación.
Si de algo se ha caracterizado este invierno es por los cambios de tiempo y la cantidad de virus respiratorios que se han instaurado en nuestra población. La Gripe, el rinovirus, la covid y el VRS se han vuelto parte de nuestro día a día estos últimos meses, pero lo más preocupante es con la fuerza con la que están actuando.
En las últimas semanas se vive un proceso vírico inusual, tal y como explica Lorenzo Armenteros, portavoz de Médicos de Familia: “Procesos tan largos como los que estamos viendo ahora no los hemos encontrado en los últimos años”. Lo que antes sanaba en cuatro o cinco días, ahora permanece en nuestro cuerpo durante semanas.
Además de la duración, muchos procesos víricos se están complicando más de lo habitual. Lo que se lleva observando durante esta temporada es cómo numerosos diagnósticos “se inician como procesos víricos y finalmente se complican como procesos reparatorios bacterianos”. Las complicaciones finalizan en bronquitis, sinusitis, faringitis, toses persistentes y un largo etcétera que trunca la salud de los pacientes.
Los procesos bacterianos traen consigo un arsenal de medicación que no siempre funciona: "Muchos de los antibióticos de corta duración que solamente duran tres días, en la mayoría de los casos no son efectivos, pero es porque se pueden haber utilizado antibióticos no indicados”. Esta tendencia satura las consultas sanitarias y hace que acumulemos fármacos sin ningún tipo de sentido: “Actualmente, con un proceso respiratorio, la mayoría de las personas necesita tres consultas médicas y no es nada habitual”.
Gran parte de esta prolongación de los virus tiene su origen en el coronavirus. La pandemia “nos ha dejado inmunitariamente con una menor defensa ante cualquier otra situación respiratoria. Somos mucho más sensibles a sobreinfecciones bacterianas”.
Si a esto le sumamos la racha de borrascas que llevamos acumuladas en marzo, obtenemos como resultado una tendencia la persistencia y al agravamiento de los procesos víricos: “El frio y la humedad es el mejor caldo de cultivo para los procesos respiratorios”.
Sin embargo, no debe cundir el pánico. Esta propagación masiva finalizará “cuando acabe el frío”, así que lo más recomendable es “tener paciencia” ante todo.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.