¿Por qué la sangre de los murciélagos nos podría ayudar a viajar hasta Marte?

La exploración espacial ha sido, y es, una de las mayores ambiciones de la humanidad. Es por eso que la misión de enviar astronautas a Marte se perfila como uno de los desafíos más complicados que intentaremos afrontar durante las próximas décadas. Sin embargo, los viajes espaciales de larga duración presentan importantes interrogantes que todavía no sabemos cómo resolver, especialmente en lo que respecta a la salud y el bienestar de los tripulantes. Recientemente, un descubrimiento científico ha permitido atisbar una posible solución innovadora: la sangre de los murciélagos.

El desafío de los viajes espaciales prolongados

Un viaje a Marte implica una travesía de aproximadamente 21 meses, teniendo en cuenta tanto el tiempo de ida, como vuelta, y sin olvidar la estancia en el planeta rojo. Durante este extenso periodo de tiempo, los astronautas se enfrentarían a múltiples desafíos, entre los que destacan:

  • Radiación cósmica: La exposición prolongada a niveles elevados de radiación puede aumentar el riesgo de cáncer y otros problemas de salud.
  • Atrofia muscular y ósea: La microgravedad del espacio puede provocar la pérdida de masa muscular y ósea, afectando la movilidad y la salud general.
  • Efectos psicológicos: El confinamiento y el aislamiento pueden tener impactos significativos en la salud mental de los astronautas.

Para mitigar estos problemas, se han propuesto diversas soluciones a lo largo de los años, siendo una de las más prometedoras la inducción de un estado de hibernación o letargo en los tripulantes de la expedición durante el viaje. Este estado permitiría reducir el metabolismo y la necesidad de recursos, como alimentos y oxígeno, durante la travesía.

La hibernación: una estrategia biológica inspiradora

La hibernación es un fenómeno natural observado en varios mamíferos, como osos y murciélagos, que les permite sobrevivir en condiciones adversas al reducir su metabolismo y temperatura corporal. Este estado de letargo les permite conservar energía durante períodos de escasez de alimentos o condiciones climáticas extremas.

Sin embargo, la hibernación en humanos presenta desafíos específicos. En primer lugar, nuestro cuerpo no está adaptado para entrar en un estado de hibernación natural, y los intentos de inducirlo han sido limitados y con resultados variables. Por ello, la investigación se ha centrado en comprender los mecanismos biológicos que permiten a ciertos animales hibernar, con el objetivo de replicarlos en los seres humanos.

Es por esto que los descubrimientos de un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Greifswald en Alemania ha suscitado tanto interés. En él, se han observado adaptaciones únicas en los glóbulos rojos de los murciélagos que podrían ser clave para la hibernación humana. Los investigadores analizaron la sangre de murciélagos hibernadores y no hibernadores, así como de humanos, observando cómo las células sanguíneas respondían a diferentes temperaturas.

Los resultados mostraron que, a medida que la temperatura disminuía, los glóbulos rojos de los murciélagos se volvían más gruesos y rígidos, una adaptación que les permite optimizar la captación y distribución de oxígeno en condiciones de frío extremo. En contraste, los glóbulos rojos humanos no presentaron cambios significativos en su estructura ante una disminución de temperatura. Este hallazgo sugiere que los murciélagos poseen mecanismos celulares que les permiten sobrevivir y funcionar eficazmente en condiciones que serían letales para los humanos. 

Implicaciones para la hibernación humana y la exploración espacial

Comprender cómo los murciélagos logran estas adaptaciones podría ser fundamental para desarrollar métodos que permitan a los humanos entrar en un estado de hibernación controlada. Tales avances podrían tener aplicaciones en el campo de la medicina, por ejemplo con la preservación de órganos para trasplantes, y también en la exploración espacial, facilitando viajes de larga duración al reducir la necesidad de recursos y minimizar los efectos adversos de la microgravedad.

Aunque la aplicación de estos descubrimientos en humanos aún está en etapas preliminares, los avances en la comprensión de las adaptaciones biológicas de los murciélagos ofrecen una vía prometedora para superar los desafíos asociados con los viajes espaciales prolongados.

La investigación sobre las adaptaciones sanguíneas de los murciélagos abre nuevas posibilidades en la ciencia biomédica y la exploración espacial. Si bien aún queda mucho por descubrir y desarrollar, este hallazgo representa un paso significativo hacia la comprensión de los mecanismos que podrían permitir a los humanos soportar los rigores de los viajes espaciales de larga duración, acercándonos un paso más a la realización de misiones tripuladas a Marte y más allá.

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