El omeprazol es uno de los medicamentos más recetados en todo el mundo para tratar diversos problemas relacionados con el ácido estomacal como puede ser la gastritis, el reflujo gastroesofágico y las úlceras. Sabemos que su eficacia es indiscutible a corto plazo, pero su uso crónico ha suscitado preocupaciones entre especialistas en salud debido a los posibles efectos secundarios.

Este medicamento pertenece a la familia de los inhibidores de la bomba de protones (IBP), estos son fármacos que reducen la producción de ácido en el estómago. A pesar de que son efectivos para aliviar los síntomas de condiciones relacionadas con la acidez, su uso prolongado puede traer serias consecuencias.

Por una parte, la disminución de ácido estomacal afecta a la absorción de nutrientes esenciales como son el hierro, el calcio, el magnesio y la vitamina B12. Esto puede derivar en anemias, osteoporosis y problemas neurológicos.

También, al reducir el ácido, el omeprazol altera el equilibrio de las bacterias en el sistema digestivo, aumentando el riesgo de infecciones como Clostridium difficile y sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, conocido como SIBO. Por otro lado, algunos estudios asocian su uso prolongado con daños renales crónicos y nefritis intersticial aguda.

Además, muchas personas al tomarlo de forma crónica, desarrollan un “efecto rebote” cuando se intenta suprimir el omeprazol, y se ve un aumento repentino en la producción de ácido que puede agravar los síntomas.

El omeprazol es muy eficaz para controlar el exceso de ácido, algo para lo que generalmente se suele recetar, pero existen soluciones naturales respaldadas por la ciencia que también pueden ser útiles para poder aliviar los síntomas y mejorar la salud digestiva de manera más sostenible en el tiempo.

Jengibre

El jengibre es muy conocido por sus propiedades antiinflamatorias y, también, por su capacidad para mejorar la función digestiva. Puede ayudar a reducir la acidez estomacal y las náuseas, además de acelerar el vaciamiento gástrico. Para tomarlo, se puede hacer en forma de infusión, rallarlo fresco sobre las comidas, introducirlo en batidos o tomarlo en cápsulas.

Aloe vera

El gel de aloe vera tiene propiedades calmantes y regenerativas que protegen la mucosa del estómago y el esófago. También puede ayudar con la inflamación y la sensación de ardor. Se recomienda consumir el zumo de aloe vera puro antes de las comidas. Es muy importante que antes de tomarlo, se asegure de que sea apto para consumo oral.

Raíz de regaliz de glicirrinizada (DGL)

Esta variante del regaliz carece de glicirricina, un compuesto que puede aumentar la presión arterial. La DGL puede estimular la producción de mucosa protectora en el estómago, ayudando a prevenir la irritación. Para consumirlo, se pueden tomar tabletas de DGL unos 20 minutos antes de las comidas.

Vinagre de sidra de manzana

Puede parecer algo contradictorio pero el vinagre de sidra ayuda a equilibrar los niveles de ácido en personas con hipoclorhidria, es decir, con una producción insuficiente de ácido estomacal, la cual puede confundirse con todo lo contrario, el exceso de ácido. Se recomienda consumirlo diluyendo una cucharada en un vaso de agua y beberlo antes de las comidas.

Infusiones de manzanilla y melisa

Las dos plantas tienen propiedades calmantes y antiinflamatorias que alivian el reflujo y reducen el estrés, un factor que puede ser desencadenante de problemas digestivos. Se recomienda que estas infusiones se tomen después de las comidas.

Recurrir a remedios naturales es algo que está bien pero, para poder tener una salud digestiva buena es esencial adoptar ciertos hábitos para poder mantener un sistema digestivo saludable y poder prevenir el exceso de ácido estomacal.

Lo primero es introducir cambios en la dieta como evitar alimentos que pueden desencadenar estos ácidos como son los fritos, picantes, alcohol, cafeína y alimentos procesados. En cambio, introducir alimentos que sean ricos en fibra como frutas, verduras y cereales integrales que contribuyan a mejorar la función digestiva.

Además, es preferible consumir comidas pequeñas y frecuentes en vez de darse grandes atracones. También se aconseja que se deje de fumar y se limite el consumo del alcohol, ya que ambos irritan la mucosa del estómago y hacen que empeoren los síntomas de reflujo.

En relación con la dieta, es esencial mantener un peso saludable, ya que un exceso de peso, sobre todo concentrado en el área abdominal, aumenta la presión sobre el estómago y favorece el reflujo.

Otro hábito que se debe adoptar es evitar acostarse inmediatamente después de comer, lo que se suele recomendar es esperar al menos dos horas antes de acostarse para evitar que el contenido del estómago vuelva al esófago.

Por último, como hemos mencionado antes, el estrés puede ser un desencadenante de problemas digestivos, pero en su forma crónica puede agravar estos problemas en gran medida. Introducir prácticas como el yoga, la meditación o la respiración profunda pueden ser muy beneficiosas