La presencia del narcotráfico en nuestro país es cada vez más preocupante aunque se haya acordado desde Europa intensificar la coordinación de la lucha contra esta lacra. La droga llega a entrar en nuestro país incluso por drones desde Marruecos. Según informa Ana Martín en el video, aparte de las consecuencias que ya de por sí tiene el tráfico de drogas en nuestra sociedad, esta actividad también trae consigo unos niveles de contaminación elevados.
Las narcolanchas que nos hemos acostumbrado a ver últimamente en los ríos y las costas de Andalucía no solo suponen un riesgo para nuestros agentes y un problema de salud pública, sino que tienen un efecto totalmente perjudicial también sobre nuestro medioambiente. El narcotráfico se ha convertido en un foco de contaminación, afectando incluso a espacios protegidos como el Cabo de Gata, en Almería.
Por las playas andaluzas flotan montones de restos de plásticos abandonados por los narcos: “Es una contaminación incontrolada e incontrolable, a pesar de que tenemos unas asociaciones que de vez en cuando se van a la playa a recoger residuos de forma voluntaria”, comenta desesperado Juan Manuel Jerez, ecologista y miembro de la asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
Aunque cada vez son más los voluntarios que acuden a las playas a intentar retirar todos los restos, temen no poder limpiarlo todo y que esta contaminación llevada a cabo por los narcos tenga consecuencias irremediables en las zonas protegidas: “El problema es cuando todos esos plásticos comienzan a degradarse y hundirse. ¿Quién los coge del fondo del mar?"
El cultivo y producción de droga también supone otro foco de contaminación. Los daños al medioambiente no solo se producen en las costas, también en las zonas de plantación de marihuana: "Llegan con bolsas y lo tiran ahí, no lo van a tirar en la puerta de su casa". Decenas de bolsas de basura y montañas de restos y cultivos aparecen diariamente por los cauces del río Guadalquivir y del río Genil.
Desde los primeros avistamientos de contaminación, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir limpia incesantemente la zona de Fuentevaqueros, una de las más afectadas en la comarca de la Vega de Granada. Sin embargo, cada día la situación se agrava y parece que el trabajo no da sus frutos.
Lo verdaderamente preocupante, según los vecinos, es que “están ahí, al alcance de todo el que llegue y lo coja, de todo el agua que contamine y se beba… Nos están drogando prácticamente”. Mientras sigan conquistando nuestras costas y ríos, parece que la situación no va a cambiar y los narcos seguirán dejando su rastro por nuestros paisajes.
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