'En guardia: mujeres contra el crimen' ha hablado con algunos de los investigadores del 'Caso Asunta', los que nos han contado desde el momento en el que se encontró el cadáver de la niña, los pasos que se fueron dando, hasta que se terminó declarando culpables a Alfonso Basterra y Rosario Porto de la muerte de su hija.
Los investigadores han ido narrando desde cómo se encontró el cuerpo, el primer momento en el que se consideró que los padres podían ser culpables de la muerte de su hija y todo gracias a los pasos que iban dando mientras iban investigando.
Todo esto apoyado por el testimonio inédito de Begoña Rodríguez, la agente de la Policía Judicial de la Guardia Civil que desempeñó un papel clave en la investigación de la muerte de la niña Asunta Basterra. La que estuvo muy cerca de la madre de Asunta hasta su ingreso en prisión, durante todo el proceso de investigación. La que nos hablaba de algunas conversaciones que tuvo con Rosario, cuál fue el rasgo de la personalidad de ella que más le llamó la atención y la actitud que descolocó a los investigadores de los padres de la niña cuando se les comunicó la muerte de la niña, entre otras cosas que pudo sacar en claro.
La actitud de Rosario en el registro de Montouto llamó la atención de los investigadores, cuando ella dijo "que iba al baño y no entró al baño, se fue a la habitación de al lado", nos explicaba Gabriel Meléndez, Guardia Civil. Y uno de los policías al entrar en esta habitación "comprueba que hay una cuerda en la papelera que era exactamente igual que las cuerdas que se encontraron donde apareció el cadáver de Asunta". Lo que le hizo pensar al juez Taín que la casa tenía más relación con los hechos de lo que se pensaba, como contaba: "Acuerdo que se proceda al registro de la vivienda".
Se registraron los domicilios de Rosario Porto y de Alfonso Basterra, como sus dos coches, donde varios detalles "llamaron bastante la atención de los investigadores". Siendo una de las primeras labores cómo habían sido los últimos días de vida de Asunta y qué pasó en este tiempo hasta que aparecía muerta.
Rosario no era muy precisa en las horas en las que había salido de casa y entrado, lo que se decidió comprobar a través del sistema de alarmas. Como también nos explicaba el juez Taín que se decidió "hacer una autopsia muy minuciosa", donde se encuentran marcas en las muñecas y tobillos que concuerdan con las cuerdas que se encontraron cerca de su cadáver. Y da la idea de que "la asfixia de la niña fue en el suelo".
La autopsia de Asunta arrojó datos reveladores sobre la cantidad que Asunta fue obligada a tomar poco antes de su muerte. "El informe de toxicología, lo que nos dice es que Asunta había sufrido una ingesta masiva de Lorazepam, equivalente a 27 comprimidos y que había sido cuando se realizó la comida o durante la sobremesa". Una comida que había sido en la casa de Alfonso, por lo que este pasa a ser otro investigado y se comprueba que es él el que compra las pastillas. Como que Asunta llevaba siendo drogada desde hace tres meses".
Los siguientes pasos fueron localizar las cámaras de seguridad existentes en los locales del centro de Santiago y de las salidas de la ciudad: "La principal misión era localizar en esas cámaras a Asunta para poder determinar si salió sola de casa, si iba acompañada y por qué zonas de Santiago se pudo dirigir hasta que fue hallado su cadáver".
Los detalles de una investigación que, con todo esto y muchos procesos más, llegó a determinar que Alfonso Basterra y Rosario Porto fueron los autores del asesinato de Asunta.