'En guardia: mujeres contra el crimen' ha abordado el 'Caso Asunta' con algunos de los que investigaron el asesinato de Asunta, del que fueron declarados culpables sus padres Alfonso Basterra y Rosario Porto, de los que se mostraban conversaciones que tuvieron entre calabozos.
Los investigadores relataban cómo se les notificó que se había encontrado un cadáver de una niña y se personan en el lugar: "Se ve depositado con mimo, aparece de una manera muy delicada".
"La dejaron para que se encontrase. No se quiere que ese cuerpo sufra más daño. Son detalles que, a la vista de un juicio, no tienen ninguna validez, pero son cosas que a nivel investigación si nos ayudan mucho porque acotan determinado tipo de gente", nos explicaba Begoña Rodríguez, la agente de la Policía Judicial de la Guardia Civil que desempeñó un papel clave en la investigación de la muerte niña Asunta.
Los primeros sopechosos fueron Alfredo Balsa y José Álvarez, los vecinos que encontraron el cuerpo. "Ellos nos explican que venían en coche y que uno detnía el carnet retirado", nos explicaba Gabriel, uno de los investigadores y se terminó descartando que tuvieran alguna implicación porque "no había nada que les vinculara con la aparición de la niña".
Cuando ya se tuvo claro la identidad de la niña, se trasladaron hasta el domicilio de los padres para darles la noticia. "Diría que es el momento más duro de nuestro trabajo. La empatía es muy importante", nos decía Begoña Rodríguez, la que nos contaba cómo reaccionaron ambos en estos primeros momentos: "Rosario reacciona muy nerviosa, dice que no puede ser y que seguro que no es ella. Alfonso aguanta la situación más sereno".
"Cuando se habla con Rosario, ella dice que es abogada y que no va a declarar", nos explicaba Begoña, explicándonos la investigadora qué les llamó la atención desde el principio: "Es que los padres no mostrasen toda la colaboración que se espera de alguien que le acaba de aparecer un hijo muerto".