Uno de los medios de transporte más seguros del mundo es el avión. Cuando se compara con la peligrosidad que pueden suponer otros transportes, el avión queda muy por debajo en cuanto a índice de accidentes.
Aún así, tanto el despegue como el aterrizaje son los momentos más delicados del vuelo y en los que el riesgo puede aumentar. Pero, esto no solo está relacionado con el avión en sí. Un factor importante a tener en cuenta a la hora de efectuar tanto el aterrizaje como el despegue es el estado de las pistas de aterrizaje del aeropuerto.
Muchas son pistas especialmente cortas o tienen ubicaciones en las que, los pilotos, tienen que demostrar toda su experiencia y sabiduría para poder realizar aterrizajes decentes. Otro factor es la climatología del lugar, que puede ser un tanto delicada e influir en el despegue o aterrizaje.
Hay varios aeropuertos que reúnen varias o todas estas características que los catalogan como los aeropuertos más peligrosos del mundo. Algunos tienen pistas al borde de un acantilado, otros están rodeados de abruptas montañas y, algunos están construidos como si se tratara de una isla en medio del mar. Estos son los aeropuertos más peligrosos y retadores del mundo.
Este aeropuerto no debería haberse construido, ya que no hay espacio suficiente. Pero el alcalde de St. Barths, decidió que era una gran idea hacerse su propia pista privada de aterrizaje en un inicio, y después se levantó el aeropuerto de Saba.
No hay constancia de que se haya dado algún incidente en este aeropuerto. La pista mide apenas 400 metros y una parte de ella acaba en una montaña, y ambos extremos se dirigen al mar. En caso de que el avión tuviera que frenar en seco no habría espacio para que pudiera realizar esta maniobra con éxito dado el tamaño de la pista.
Este aeropuerto se encuentra ni más ni menos que a 2.234 metros sobre el nivel del mar. Está situado en un valle profundo donde los despegues y aterrizajes solo son posibles cuando hay buen tiempo.
Solo se permite aterrizar en este aeropuerto a pilotos que tengan una amplia experiencia debido a la dificultad que tiene, ya que la pista de aterrizaje, actualmente, es de 2 kilómetros y pero hasta 1990 sólo tenía una longitud de 1,4 kilómetros.
Este aeropuerto, desde 1934, recibe aproximadamente unos 800.000 pasajeros al año, y está catalogado como uno de los más peligrosos del mundo. Se sitúa junto a unas montañas a una altitud de 1.000 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una estrecha pista que dificulta los aterrizajes. Aunque, actualmente la pista se ha extendido un poco, sigue siendo uno de los más peligrosos.
A las condiciones de la pista se le suman las condiciones meteorológicas, ya que en muchas ocasiones los pilotos tienen que sortear laderas cubiertas de niebla. Después, tienen que hacer frente a un descenso escarpado entre los tejados de las casas, hasta que llegan a la pista de menos de 2 kilómetros de longitud. Si el avión no frena en el momento adecuado, corre el riesgo de despeñarse por un precipicio.
Situado al este de la Isla, y con apenas 25 kilómetros cuadrados de superficie, este aeropuerto es un desafío para, tanto el despegue como el aterrizaje. La pista nace desde la misma playa y va hacia las montañas, con una distancia de 640 metros.
En este aeropuerto solo se permite aterrizar a aviones pequeños, de hasta veinte pasajeros, aún así los aterrizajes que se pueden vivir en ese minúsculo tramo de asfalto pueden ser un tanto aterradores. Por suerte, desde este aeropuerto solo se puede volar hasta las islas cercanas.
Este aeropuerto situado en la colonia británica en el sur de la Península Ibérica, es una pista un tanto insólita. Esto es debido a que la pista de aterrizaje atraviesa una carretera urbana, la conocida como Avenida Winston Churchill. Cuando un avión tiene que despegar o aterrizar, el tráfico de dicha avenida se tiene que ver interrumpido por razones de seguridad.
Es por esto, que este aeropuerto sea considerado peligroso. Además, la pista de aterrizaje está construida, literalmente, sobre el mar ya que le han ganado terreno a éste para poder hacerla más larga, por lo que gran parte de su trayecto está rodeado de agua.
Este también está considerado como un “altipuerto”, construyéndose sobre más de 2.000 metros de altura, está considerado como una de las puertas de entrada principales a los Alpes franceses. Es frecuentado sobre todo por amantes del esquí que esperan explorar sus cumbres nevadas.
Su principal reto es debido a que su pista de aterrizaje es muy corta, midiendo poco más de 500 metros de longitud, ya que ha tenido que adaptarse a la topografía natural del terreno, presentando una inclinación bastante pronunciada y en ciertos puntos, peligrosas ondulaciones.