La mejor manera de descongelar el pan en 30 segundos y que quede como recién hecho
Este truco garantiza que el pan descongelado va a tener la misma textura que recién hecho
Cómo se manipula y guarda el pan, también es muy importante para que se conserve mejor durante varios días
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El pan es ese alimento que no puede faltar en ningún hogar. Ya sea para desayunar, comer o merendar, es el acompañamiento ideal para cualquier comida. Además, se trata de un alimento que gusta a la mayoría en cualquiera de sus formatos: integral, con cereales, de centeno, espelta o el tradicional de trigo.
Para evitar su desperdicio, lo más común es congelarlo, e ir consumiendo según se necesite. Lo que puede suceder es que se olvide sacar el pan del congelador por las prisas, o porque simplemente, no se haya tenido tiempo. Para estas situaciones hay un truco muy simple, con el que se puede descongelar el pan sin perder la calidad y, que además, no toma más de un minuto.
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Si lo que se quiere descongelar es más bien un bollo, panecillo o una sencilla rebanada de pan, es muy sencillo: solo hay que recurrir al modo de descongelar del microondas o de la freidora de aire. De esta manera quedará blandito y jugoso. En el caso de que sea una rebanada, cabría perfectamente en la tostadora en el modo descongelar también. Este tipo de panes no tienen ningún tipo de complicación cuando se quieren consumir recién salidos del congelador.
Pero, cuando lo que se quiere descongelar es un pan más rústico, una barra de pan corriente, pan integral o una baguette, la textura que se suele buscar es la misma que cuando se compra el pan. Crujiente por fuera y tierna por dentro. Si se introduce cualquiera de estos panes al microondas, se pueden estropear muy rápido quedando con una textura nada agradable.
El truco para que quede como recién comprado
Con un paño limpio humedecido, a poder ser, que no tenga restos de perfumes de detergentes o suavizantes para que el pan conserve totalmente sus propiedades, se coloca en el plato giratorio del microondas. Seguidamente, se coloca el pan congelado. Se enciende el aparato a 750-800 W durante 30 segundos. Cuando acaba el microondas, lo recomendable es esperar unos segundos para que el pan deje de quemar, aunque también está la opción de utilizar algún utensilio para poder sacarlo sin esperar.
En caso de que no se tenga microondas en casa, el proceso se alarga un poco más, pero el resultado es impecable. En este caso lo que se hace es envolver el pan, también, con un paño humedecido con agua caliente. Se pone el horno a 200ºC y se introduce la pieza de pan envuelta durante unos minutos. El tiempo de cocción irá desde los 5 minutos hasta la media hora dependiendo del tamaño de la pieza.
El objetivo de este truco es que el paño absorba la humedad que habrá soltado la pieza de pan congelada, haciendo que la corteza quede crujiente y a la vez, dejando el interior con un punto de jugosidad como si estuviera recién comprado.
¿Cómo manipular y guardar el pan para que aguante más?
Lo primero que hay que hacer es manipular correctamente el pan desde que se saca de la bolsa o del horno, en caso de preferir hacerlo uno mismo.
Hay que evitar cortar el pan cuando aún está caliente o templado. La miga aún estará gelatinosa haciendo que el corte sea más complicado y pudiendo estropear la estructura interna al no haber tenido tiempo de reposar. Esto pasa especialmente en los panes integrales, de masa madre o con cereales. Los panes de trigo sí que aguantan mejor el corte cuando aún están tibios, sobre todo aquellas barras o baguettes que han estado precongeladas.
Estos panes precongelados están pensados para ser consumidos las primeras horas después de su horneado, y tienen una durabilidad de un par de días como máximo. En el caso de panes más complejos, los que son de larga fermentación o integrales, van a agradecer un reposo de varias horas o incluso días. De hecho, las hogazas de pan de centeno integral mejoran mucho más con el paso de los días, ya que adquieren un sabor más intenso.
En caso de hornear este tipo de panes en casa, lo ideal es dejarlo enfriar sobre una rejilla o algo similar para que no se produzca condensación en la base. También se puede añadir alguna corriente suave de aire que haga que se acelere el proceso, pero habría que tener en cuenta que la corteza puede endurecerse.
Los panes tipo brioche o de leche, serían la excepción a esta regla, ya que estos sí que están preparados para que se puedan comer calientes.
A la hora de guardarlo, hay que tener en cuenta que en ambientes muy secos, el pan puede endurecerse mucho antes. Por el contrario, en ambientes muy húmedos, podría proliferar moho en ciertas masas que estén muy hidratadas o grasas. Lo que se suele recomendar es que se proteja el lado del corte del pan para que no esté continuamente expuesto al aire.
En cuanto a los panes más comunes, como las barras o las hogazas, hay que tener en cuenta que también la parte más expuesta es la que tiene el corte abierto, pero en este caso, solo habría que dejarla boca abajo sobre una tabla de cortar de madera o una encimera de mármol.
Si en casa hay una temperatura ambiente muy cálida o muy fría, lo mejor para conservar el pan y que aguante lo máximo posible, es hacerlo en una panera o caja de pan. Este utensilio es ideal para almacenar los panes enteros o cortados, como se prefiera. Además, hay ciertos modelos que también son perfectos para la decoración de la cocina, encontrando las tradicionales de madera, que mantienen una buena temperatura interior pero a la vez dejan que el pan respire sin aislarlo por completo. Lo que no se debe hacer es llenarla de pan, ya que debe quedar espacio libre para que el aire circule.
En caso de que no se tenga espacio suficiente, se puede recurrir a la característica bolsa de tela para guardar el pan que tenían las abuelas en sus hogares hace años.