Quien tenga un gato sabe que, a veces, pueden ser un auténtico desafío. En ocasiones son animales tranquilos y dóciles, que pasan más horas durmiendo que despiertos. Lo que sucede es que en esas horas en las que no duermen tienen la necesidad de rascar, trepar o escalar. Esto es algo que está en su genética. Además, estos comportamientos son completamente normales y están ligados a su bienestar físico y emocional.
Muchos de estos felinos suelen tener este comportamiento como una forma de marcaje, también para limar sus uñas o para quitar el estrés que puedan sufrir. Incluso pueden hacer esto por simple aburrimiento. Por lo que, lo ideal, es tener en casa objetos que sirvan para dirigirlos cuando tengan este comportamiento con los que puedan saciar sus necesidades.
Suele haber dos motivos principales por los que pueden tener este comportamiento: marcaje y limado de uñas. Lo que sucede es que cuando un gato no cuenta con los recursos necesarios para poder mantener sus uñas en perfectas condiciones, van a ser ellos quienes busquen el lugar perfecto para hacerlo. Este limado lo hacen para eliminar las capas externas que ya están desgastadas y así mantenerlas bien afiladas.
El sofá es el lugar ideal para ellos, ya que se pueden arañar en posición vertical, mientras estiran completamente su espalda. Esto pueden hacerlo por el simple hecho de estirar su musculatura. La buena noticia es que si arañan el sofá para limarse las uñas, es muy sencillo redirigirlos hacia un objeto adecuado para que puedan hacerlo sin destrozar nada.
Por otro lado, está el marcaje que forma parte de la naturaleza del gato, y lo lleva a cabo por motivos de territorialidad, estrés o por ambas. Los gatos tienen tres formas de marcar: pueden hacerlo con la cara, las uñas o la orina. Cuando se produce este marcaje mediante arañazos, es porque quieren dejar su huella de manera visual. Esto indica al resto de animales que ese territorio es suyo. Evidentemente, los gatos no arañan el sofá para enfadar a sus dueños, sino que lo hacen por puro instinto. Y en este caso, también pueden redirigirse hacia un objeto adecuado para ello.
También puede darse el caso de que el gato arañe el sofá por puro aburrimiento o porque esté estresado. En esta situación, lo mejor es proporcionarle al felino un lugar adecuado para estirarse las uñas y también, darle estímulos o juguetes con los que entretenerse en casa para evitar que se aburra.
Lo primero que hay que hacer es eliminar los olores previos, debido a que si el gato está acostumbrado a rascar en el sofá, va a seguir haciéndolo ya que lo ha marcado. Para ello es conveniente limpiarlo a fondo y lo más adecuado es hacerlo con productos enzimáticos o con jabón neutro. Si se recurren a productos como la lejía o el amoníaco no van a eliminar las marcas olfativas y, por tanto, no van a evitar que siga marcando, al revés, puede que hagan que marque aún más.
Cuando ya esté el sofá completamente limpio, es el momento de redirigir al gato hacia un objeto adecuado. Para ello, lo mejor es adquirir varios rascadores que sean estables, para que el animal pueda estirarse de la misma forma que lo hacía en el sofá. La mayoría de felinos prefieren los rascadores que tengan las fibras en vertical o diagonal, pero al ser unos animales bastante exquisitos, puede que haya que ofrecerle varios hasta dar con su favorito.
El lugar ideal para colocar este nuevo rascador es justo al lado del sofá. Una vez que se coloque, lo más recomendable es añadirle unas feromonas sintéticas, éstas son unas copias exactas de las que emiten los gatos al marcar. De esta manera, el animal identificará ese objeto como el adecuado para limarse las uñas. Usando estas feromonas, la transición es mucho más fácil para el felino. Además, también se evita que pueda suponer una situación de estrés para el animal y pueda provocar que marque con orina o arañe más. Otra opción ideal para redirigir a los gatos hacia el nuevo rascador es con ayuda de la hierba gatera o catnip.
Para evitar la tentación y que el gato tenga la posibilidad de arañar el sofá, lo más aconsejable es limitar el acceso al mueble o cubrirlo con telas que puedan estimularlo menos y que no sean de su agrado, como pueden ser sábanas viejas o también, con plástico, ya que no es un material que les guste mucho. Este acceso se restringiría hasta que el animal haya comenzado a usar el rascador y no se vea ningún interés hacia el sofá.
Junto a estos nuevos rascadores, otro truco para evitar que arañe es mantener las uñas del gato siempre en perfectas condiciones. Para ello, es fundamental revisarlas cada poco tiempo y así garantizar que no están demasiado largas. Cortar las uñas a un gato no es tarea fácil, por lo que se puede acudir a una peluquería felina. En caso de querer hacerlo en casa, lo ideal es no forzarlo para que poco a poco se acostumbre, y también, introducir premios para que esté tranquilo.
Aunque se tengan unos instintos irrefrenables de regañar al gato por esa mala acción que está haciendo, el animal no va a entender la razón por la que se le grita, ya que simplemente está siguiendo su instinto. Además, puede provocar que el felino le coja miedo a su dueño y que provoque una conducta agresiva debido a esto.
En este caso, lo mejor es corregir el comportamiento, una vez que esté haciéndolo bien, lo ideal es premiarlo con golosinas. El refuerzo positivo es lo que más funciona con estos felinos. De esta forma, el gato va a entender que usando ese objeto va a obtener una recompensa, por lo que va a seguir utilizándolo.