Este 28 de diciembre se cumplen 20 años de la aprobación de la Ley de Violencia de Género, una norma que puso a España en la vanguardia de la lucha contra la violencia machista. Sin embargo, según informan Lorelei Esteban y Cristina Herráez en el vídeo, la aprobación de esa ley pionera no ha logrado frenar los constantes feminicidios: en dos décadas, casi 1.300 mujeres han muerto a manos de sus parejas.

La aprobación de la Ley de Violencia de Género llegó después de un largo proceso de debate político, tras el cual se reconocía por unanimidad en el Congreso. Esta fue una ley determinante en la protección de las víctimas de la violencia machista, pero, desde entonces, desde que hay registros, 1.291 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas.

Ahora, 20 años después, el ministerio de Igualdad ha celebrado un acto que conmemora la aprobación de una ley histórica pero también alerta de indicios de posibles retrocesos. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha asegurado que están trabajando en la renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y que "ahora mismo" es necesaria una "revisión" de la ley orgánica de 2004 para "dar respuesta a las nuevas violencias" como la violencia vicaria contra los menores, la económica o la que se produce en Internet y las redes sociales.

Además, en un año "dramático" con 46 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, la ministra ha invitado a seguir trabajando para "arrinconar" el "negacionismo de la violencia machista".

"Hay en el horizonte un nuevo pensamiento que creíamos erradicado, trasnochado, superado, pero que no lo está: el negacionismo de la violencia machista, nuevos partidos que son los viejos con nuevas siglas, que pretenden devolvernos a la caverna", ha alertado.

La ministra ha agradecido la presencia en el acto de representantes de distintos grupos parlamentarios "independientemente del color político" y ha insistido en la importancia de los "consensos políticos" para lograr "grandes avances".

Igualmente, ha manifestado su "preocupación" por "ese avance de nuevas violencias muy sofisticadas, de los machismos a través de internet y redes sociales" y de la violencia vicaria por la que han sido asesinados este año nueve menores, una violencia que ha tachado de "brutal".

Veinte años después de la aprobación de la ley, el retrato de la violencia de género en España sigue siendo muy preocupante. En lo que va de año, 46 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, también 9 menores, hijos de las víctimas.

El Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, VioGén, tiene más de 100.000 casos activos, casi un 23% más que hace un año. Más de la mitad de esas mujeres está en riesgo alto, por lo que necesitan protección policial.

A falta de los datos del último trimestre, las denuncias son menos que el pasado año y, aun así, ascienden a casi 150.000.

El caso de Ana Orantes supuso un antes y un después en la historia de la violencia de género en España. Trece días después de que ella contara el calvario que vivía su exmarido la quemó viva. La conmoción pública fue tal que hizo que la violencia machista dejara de ser tratada como un suceso, para ser contada como lo que es: una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo.

La muerte de Ana Orantes fue el detonante para que el Congreso de los Diputados aprobara, 7 años después, durante el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, la ley de Protección Integral contra la Violencia de Género. Un hito en la lucha feminista aprobado por unanimidad sin un solo voto en contra.

La norma fue una de las pioneras a nivel mundial porque reconocía de manera explícita la violencia contra las mujeres y establecía medidas en los distintos ámbitos: jurídico, social y económico, educativo, publicitario e informativo para prevenir la violencia machista, proteger a las víctimas y perseguir a los agresores.

Gracias a esta ley surgieron los juzgados de violencia de género, las casas de acogida, los centros de atención a las mujeres, el número 016 o el sistema VioGén, que hace un seguimiento Integral de los casos para ofrecer una protección más ágil, integral y efectiva de las mujeres maltratadas y de sus hijos.

Una ley que, dos décadas después y con los números en la mano, es, dicen los expertos, un buen punto de partida, aunque también tiene materias pendientes y desafíos como el negacionismo de la extrema derecha. 

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