Isak Andic Ermay, dueño y fundador de Mango, moría el sábado 14 de diciembre a sus 71 años tras sufrir un accidente de senderismo. El empresario ha fallecido tras caer al caer al vacío de un altura de 150 metros cuando realizaba una excursión junto a su hijo en las cuevas de salitre de Collbató, en Barcelona.

Según se ha podido conocer, el dueño y fundador de la compañía textil quiso pasar el sábado junto a su hijo mayor, Jonathan, haciendo una de las cosas que más le gustaba, pasear por la naturaleza.

Según medios catalanes, en dicha excusión Andic pidió a su escolta habitual que no les acompañara. Padre e hijo recorrieron uno de los senderos más populares de la zona, el trayecto que va desde las Cuevas del Salnitre, en Collbató, hasta el monasterio de Montserrat.

En el camino de vuelta, su hijo, unos pasos por delante, escuchó desprendimiento de piedras y arena, miró para atrás y vio cómo su padre resbalaba y caía por un barranco de 150 metros.

Sólo alcanzó a llamar a los servicios de Emergencias, según contó a los agentes. Era casi la 13:00 horas cuando ocurrió el fatal accidente. El atestado de los Mossos estará hoy en manos del magistrado.

Mientras, en la sede en Barcelona, con banderas a media asta, se reunía esta mañana la junta directiva. En sus 40 años de vida, era uno de los mejores momentos que pasaba la empresa multinacional. Mango cerraba en julio el mejor semestre de su historia con una facturación de casi 1.550 millones de euros.

El futuro estará ahora en manos de sus tres hijos, todos implicados en la empresa. A la cabeza, Jonathan, que es el heredero natural, presidente ejecutivo, parte del Consejo de Administración y al mando de la línea masculina.

Además, también contarán con el fuerte respaldo de la mano derecha de Andic, Tony Ruiz, el consejero delegado que ya ayer en un comunicado confirmaba que velarían por el futuro de Mango.

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