El que es el mayor centro de investigación de cáncer en España y uno de los referentes en el mundo se encuentra señalado por sus científicos. Con proyectos como el de la inteligencia artificial para encontrar la cura del cáncer, el CNIO y su directora María Blasco se hallan en el punto de mira por la millonaria deuda acumulada y la falta de presupuesto y equipos. Muchos de su investigadores han decidido marcharse del centro por las condiciones de trabajo de los últimos años.

El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas ha sido denunciado públicamente por varios de sus científicos más prestigiosos. El que es un centro de referencia a nivel mundial se ha visto obligado a dar explicaciones ante la enorme polémica que le rodea. 

Sus investigadores culpan directamente a María Blasco de tener el centro completamente abandonado. La falta de inversión en equipos y el escaso presupuesto dificulta las labores de investigación de los laboratorios, llevándolos al límite en los últimos años. María Blasco se ha visto obligada a comparecer digitalmente junto a los vicedirectores del centro, Óscar Llorca y Óscar Fernández Capetillo. 

En sus declaraciones, la directora ha explicado el presupuesto que manejan anualmente: “Cada año nosotros tenemos una cantidad de entrada de inversión que podemos hacer en equipamiento y que es alrededor de un millón”. Sin embargo, Fernando Peláez, director del Programa de Biotecnología del CNIO ha admitido que “un millón de euros de fondos propios claramente es insuficiente para todo lo que hace falta en un centro de excelencia como este”. 

Respecto a la financiación del centro, la directora ha apuntado directamente al Gobierno. El CNIO se sostiene de la subvención nominativa procedente de los Presupuestos Generales del Estado. Esta subvención lleva congelada 20 años. El CNIO acumula una deuda de 4’5 millones de euros. Blasco ha expuesto que este déficit es la consecuencia directa de haber estabilizado al personal eventual, una decisión que considera “muy buena”. 

María Blasco también se encuentra en el punto de mira por la creación de una iniciativa propia, el programa CNIO Arte, un proyecto donde se trabaja con artistas y que ha supuesto un coste de 900.000 euros al centro. Muchos la señalan por despilfarrar dinero, a lo que Blasco se ha defendido en su comparecencia: “Tenemos financiadores privados que nos dan el dinero para que se produzca una obra de arte. Después, el artista dona la obra de arte al CNIO (...) Categóricamente no es cierto que el CNIO compre arte”. 

La guerra interna del centro ha provocado que muchos de los investigadores exijan la dimisión inmediata de Blasco tras 13 años a la cabeza del entro, calificando su gestión de caciquista y personalista. La directora ha admitido que no va a dimitir: “Mi contrato se renueva cada cinco años por el Patronato del CNIO tras una evaluación previa como directora. Son ellos los que tienen que decidir si tengo que continuar o no. (...) Yo creo que hay opiniones para todo y las acepto, pero realmente contrastan con las opiniones de quienes nos evalúan”. 

Diana Morant, ministra de Ciencia también se ha pronunciado al respecto. La ministra ha decidido posicionarse con la directora, admitiendo que el CNIO “es uno de los mejores centros de investigación de nuestro país” y que va a tener el apoyo del Gobierno de España “para la mejora de equipamientos”. 

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