Los pescadores denuncian que el acuerdo de la UE ahogará al sector: ¿En qué consiste el pacto?

Los pescadores están a la espera de conocer al detalle el pacto europeo que elimina el tope de días de pesca, pero piden un esfuerzo adicional. La primera reacción no ha sido muy optimista porque creen que se trata de un parche temporal que ahogará al sector en el futuro. Hoy, en contraste con los dos días de parón, los amarres están vacíos.

Ellos aseguran que parte de las medidas que pide Bruselas ya las han implementado a la pesca porque ha evolucionado mucho y ya no se hace como hace 10 años. Y es que los pescadores se muestran muy molestos con el acuerdo al que ha llegado la Comisión Europea.

“Es un buen resultado después de unas difíciles negociaciones. Les debo confesar que probablemente han sido las más difíciles de mi vida. En términos prácticos, nuestros pescadores dispondrán desde 2025 en el Mediterráneo de los mismos días de trabajo que tenían en 2024”, apunta el ministro de Agricultura, Luis Plana.

“Más normativa, más reglamentos y esperanzas de un futuro incierto”, lamenta una pescadora

La Comisión Europea solo permitirá que en 2025 se mantengan los mismo días de pesca que termina si cumplen una docena de requisitos. “En el año 2025 nos vamos a quedar en el camino con más normativa, más reglamentos y esperanzas de un futuro incierto”, sostiene una de las afectadas. Una de las obligaciones que tendrán que incluir en su rutina serán las mallas de pesca: tendrán que cambiarlas otra vez.

“Esto significaría 4.000 euros por red y una embarcación necesita dos”, sostiene un pescador. Ellos avisan que los barcos familiares, los más pequeños, no cuentan con recursos económicos para hacer frente a las medidas. Y es que los pescadores están muy cabreados tras el acuerdo de Bruselas y critican que el ministro de Argicultura, Luis Plana, no haya conseguido más. Una opinión muy diferente a la del ministro, quien asegura que es un “buen resultado”.

¿En qué consiste el acuerdo de pesca?

El acuerdo al que ha llegado Bruselas tiene dos patas. La primera, las cuotas de pesca. En España, disminuye la captura del besugo y de la cigala un 39%, pero aumenta la captura para gallos (23%), rapes (17%) o lenguados. Lo segundo: los pescadores del Mediterráneo van a poder seguir faenando los 130 días que trabajaban hasta ahora. A cambio, deben cumplir con 12 medidas medioambientales.

Una de ellas será usar mallas de 15 milímetros que permiten seleccionar el tamaño de los peces, puertas voladoras para no destrozar el fondo marino o la imposición de vedas temporales. Así, se reduce la pesca de gamba azul y roja en aguas españolas un 10%.

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